La dura confesión de Angel Reese, la ‘archienemiga’ de Caitlin Clark a la que arrebataron la felicidad
En el deporte, como en la vida, a veces no es oro todo lo que reluce. Y un buen ejemplo de ello es la estrella del baloncesto femenino universitario Angel Reese, campeona de la NCAA en 2023 con los Tigers de la Universidad Estatal de Luisiana, que, precisamente desde aquel momento, en vez de disfrutar del éxito, está viviendo un infierno.
Reese lleva siendo desde hace años la gran rival en la NCAA de Caitlin Clark, la mujer de moda del baloncesto en Estados Unidos, a la que ganó precisamente aquella final de 2023 y ante la que sucumbió antes de la de 2024. Y fue tras la derrota ante Iowa en el Elite 8 cuando la jugadora habló de su mal momento personal.
De su rivalidad con Clark surgen todos sus problemas, porque, a nivel mediático y, sobre todo, en las redes sociales, cada una de ellas han sido encasilladas en un papel totalmente distinto. Mientras que a la talentosa jugadora de las Hawkeyes de Iowa la han etiquetado como “el ángel” o “la heroína”, Reese, por su parte, es “el demonio”, la villana de esta historia.
"Me han sexualizado. Me han amenazado. He pasado por muchas cosas y siempre me he mantenido fuerte", aseguraba Reese en unas declaraciones en rueda de prensa de las que se hizo eco ESPN.
"Intento mantenerme fuerte por mis compañeras de equipo, porque no quiero que me vean abatida y que no esté ahí para ellas. Quiero que siempre sepan que sigo siendo humana. Todo esto ha pasado desde que gané el Campeonato Nacional. (…) No he tenido paz desde entonces, y es una mierda, pero aun así no cambiaría", añadía de estrella universitaria.
Y pese a ello, ha tratado de esquivar toda esta situación, con su fuerza y la que le prestan sus allegados: "Tengo un gran sistema de apoyo. Tengo mi ciudad natal. Tengo a mi familia, que me apoya. En realidad, no puedo hablar de las cosas porque intento ignorarlas y mantenerme fuerte. He pasado por muchas cosas", aseguraba.
Abatida por las circunstancias, Reese hizo un alegato de que ella es como es y que no cambiará a pesar de las presiones que pueden llegar desde fuera: "Siempre voy a dejar esa marca, y ser quien soy, y mantenerme en eso. Y espero que las niñas que me admiran puedan inspirarse en mí", comentaba en sus declaraciones.
Y lo hacía con la mirada puesta en el futuro, que estará muy pronto en la WNBA y donde seguirá viéndose las caras con Caitlin Clark: "Espero que no sea tan duro, con todas las cosas que se te vienen encima, pero sigue siendo quién eres, sigue levantándote cada día, sigue motivada, sigue siendo quién eres, sigue siendo tú. No te eches atrás y ten confianza", dijo.
Como sucede en cualquier otro deporte, la gente descontextualiza la realidad fijándose únicamente en la rivalidad sobre la cancha, sin tener en cuenta que, en el día a día, tanto Angel Reese como Caitlin Clark son personas y hasta se llevan bien entre ellas.
"No creo que la gente se dé cuenta de que no es personal. Una vez que salimos de las canchas, si la veo caminando por la calle es como: 'Oye, chica, qué pasa, pasemos el rato'. Creo que la gente simplemente se lo toma como si nos odiáramos", comentó Reese en ese sentido.
"Caitlin Clark y yo no nos odiamos. Quiero que todos entiendan eso. Es un juego competitivo, una vez entró en la cancha, no somos amigas. Voy a decirle tonterías. Voy a hacer todo lo que sea necesario para meterme en tu cabeza", explicaba tratando de explicar las diferencias entre el plano deportivo y el personal.
Con todo ello, quiso zanjar el tema mostrando toda su fortaleza antes un momento de adversidad como este: "Asumiré el papel de villana. Recibiré el golpe por ello, pero sé que estamos haciendo crecer el baloncesto femenino. Si esta es la forma en la que lo vamos a hacer, pues esta es la forma. Te guste o no".
Angel Reese nació en Randallstown (Maryland) el 6 de mayo de 2002, apenas cuatro meses después que Clark, lo que ha convertido a ambas en rivales generacionales, una en Iowa y otra en Luisiana.
La actual jugadora de las Tigers comenzó a jugar al baloncesto en Maryland, convirtiéndose en una de las mejores jugadoras de su ciudad en la posición de base. En esa época, durante la secundaria, pasó por la Saint Frances Academy de Baltimore, hasta que, en 2019 se unió a las filas de las Maryland Terrapins.
En mayo de 2022 se marcharía a la Universidad Estatal de Luisiana (LSU), impresionada especialmente por el gran interés que en centro ponía en su equipo femenino de baloncesto y por la gran confianza que mostró en su valía el que sería su técnico, Kim Mulkey.
Con las Tigers de la LSU, Reese dio un gran salto cualitativo, consiguiendo muy buenos registros en sus estadísticas, hasta el punto de que terminaría siendo una pieza fundamental para que se adjudicaran el primer título de la NCAA de su historia en una gran final ante Iowa (102-85) en la que la que consiguió 15 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias.
Una temporada redonda en la que Reese fue nombrada, además, como la Mejor Jugadora de la Final del Torneo (MVP) tras un gran año en el que estableció un récord de la NCAA con 34 dobles-dobles en una sola temporada.
Fue en ese partido en el que se vio las caras frente a frente con Caitlin Clark, y dejó la imagen para el recuerdo de imitar el popular gesto del luchador John Cena de "no puedes verme", agitando su mano delante de la cara. Un gesto, por cierto, que la jugadora de Iowa le devolvió en 2024, cuando eliminaron a la LSU antes del pase de la Final Four.
En 69 partidos de su carrera en la LSU, promedió 20,9 puntos, 14,5 rebotes y 2,3 asistencias por partido, mientras que compiló 61 dobles-dobles en total, segunda en la historia de la escuela sólo superada por la leyenda Sylvia Fowles.
Tras terminar la temporada 2024 antes de tiempo, Reese anunció que se declarará para el Draft de la WNBA con el objetivo de convertirse en profesional después de sus éxitos a nivel universitario
"Hice todo lo que quería en la universidad. (…) He ganado un campeonato nacional, he sido elegida Jugadora del Año, he sido All-American. Mi objetivo final es ser profesional y ser una de las mejores jugadoras de baloncesto jamás. Siento que estoy lista", explicó en la revista Vogue.
"Quiero empezar desde abajo otra vez. (…) Quiero volver a ser novata y construirme desde cero; quiero que me derriben y aprender y crecer al siguiente nivel", añadió la jugadora.
La rivalidad Reese-Clark continuará en un nuevo comienzo, un escalafón por encima, ya a nivel profesional como jugadoras de la WNBA. Un nuevo reto para la jugadora de Maryland que tendrá que luchar por alcanzar las mayores metas contra sus rivales, contra ella misma y contra esos fantasmas que le persiguen.
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