El descenso a los infiernos del futbolista argentino Papu Gómez
La vida de Papu Gómez cambió por completo en el mes de diciembre de 2023. El extremo argentino disfrutaba en Qatar del Mundial en el que Argentina terminaría consiguiendo la estrella de campeón, pero que para él fue el comienzo de su descenso a los infiernos como futbolista profesional.
El jugador se encontraba en pleno proceso de recuperación después de lesionarse en los octavos de final contra Australia, lo que finalmente le impidió jugar los tres partidos restantes de Argentina en el torneo, cuando recibió una notificación en la que le informaban de que había dado positivo en un control antidopaje.
El Papu, que por entonces jugaba en el Sevilla, se sometió a esta prueba unos días después del partido que enfrentó al equipo hispalense contra el Real Madrid y en ella le encontraron en la sangre restos de terbutalina, una sustancia que se utiliza para el tratamiento de ciertas afecciones respiratorias y que está prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje.
Casi un año después, el 20 de octubre de 2023, recibía la peor de las noticias posible: dos años de sanción sin poder jugar al fútbol. Prácticamente una sentencia para un futbolista que, por entonces, ya tenía 35 años y se encontraba en la recta final de su carrera deportiva.
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En una entrevista que concedió entonces al diario argentino 'Olé', aseguró que todo aquello fue fruto de un malentendido, asegurando que lo único que él había tomado era un jarabe de su hijo después de sufrir un ataque de tos y, sin saber, que podría contener terbutalina: "Pensé que era de miel y limón", dijo entonces.
En otra entrevista que concedió en diciembre de 2024 en España al programa 'El Larguero' de la Cadena SER, Gómez recordó algunos detalles sobre todo lo sucedido: "Yo estaba en la habitación y me llegó un email. Casi me desmayo al leerlo".
Su preocupación por el tema le llevó a consultar el tema con le médico de la Albiceleste, quien, según el futbolista, no le dio mayor importancia al ser un remedio contra la tos, pero la realidad es que, a la larga, si fue clave en ese momento de su carrera.
En el momento de consumirlo no se lo dio a conocer a los médicos de Sevilla y, durante el Mundial, con su selección, tampoco quiso comentárselo a sus compañeros para no interferir en la concentración de cara a la consecución de aquel importante título.
"Se tenía que dar cuando se tenía que dar. Yo creo que en 20 años de profesión no sé cuántas veces habré tomado un jarabe o algo que no tendría que haber tomado y nunca pasó nada. Y esta vez pasó", lamentó.
El Papu no pudo dejar de dar vueltas al tema, incluso en medio de la celebración por haber ganado la Copa del Mundo: "Estaba muy feliz por ser campeón del mundo, pero también con mucha angustia de no saber qué iba a pasar", comentaba en su entrevista para la Cadena SER.
"Tras ganar la final sólo pensaba en si me venía a buscar la enfermera rubia que fue a por Maradona en 1994. No sabía si vendría alguien en ese momento, si después del partido, si lo haría cuando volviese con el Sevilla FC...", recordaba.
El jugador hizo también especial hincapié en el exceso de gravedad que se dio al consumo de aquella sustancia: "Lo que más me llamó la atención fue que el control fue un lunes siendo mi próximo partido un viernes contra el Rayo Vallecano. Era imposible que esa sustancia pudiera haber creado en mí ninguna ventaja", recalcando además que "es absurda la sanción".
En su relato sobre cómo por ignorancia no dio importancia a haber tomado aquel jarabe explicó que "cuando estás con el médico le tienes que decir qué sustancias has tomado. Yo, antes de los partidos, siempre tomo pastillas para dormir porque me cuesta coger el sueño".
Y añadió: "estaba tan dormido que ni me acorde que me había tomado el jarabe de los niños. Fui como si nada a entrenar con el Sevilla y dije que había tomado antinflamatorios, pastillas para dormir, complejo vitamínico... cosas normales".
Pero lo peor de aquella situación, como aseguro el futbolista argentino, no fue la sanción en sí, sino lo que trajo consigo, es decir, como muchos a su alrededor le dieron la espalda a la vez que su continuidad en el mundo del fútbol se puso en entredicho: "De ser campeón del mundo a que no te llame nadie", dijo en otra entrevista para 'Clank Media' en Argentina.
"Cuando uno está en la cima, aparecen todos y cuando uno está en el infierno, son pocos los que estiran la mano para salvarte. Es un aprendizaje que te abre los ojos", destacaba sobre algunos de sus compañeros en la Cadena SER.
También se mostró muy decepcionado con el Sevilla en unas declaraciones recogidas por el diario Mundo Deportivo en las que aseguró que "esto lo sabía Monchi, esto lo sabía el presidente, José María del Nido Junior. Yo sé que los abogados míos quisieron hablar con los abogados del club y me cerraron las puertas en ese momento".
"Ellos me comunicaron que ellos no se hacían cargo de nada, que me dejaban completamente solo en esta situación”, apuntó indignado contra su ex equipo, del que terminó marchándose en el mes de septiembre de 2023 camino del Monza italiano, su último equipo, con el que apenas disputó dos partidos a causa de la sanción.
Sin equipo desde entonces, llegó a entrenar en España con el CD Manchego, de Tercer RFEF -la quinta categoría del fútbol español- y, más recientemente, en el AC Renate Calcio de la Serie C italiana, toda vez que ya ha complido el 50% de su sanción, lo que no le permite jugar, pero sí entrenarse.
Cuando termine su calvario, Papu Gómez, ya con 37 años, podrá regresar a los terrenos de juego y le tocará algún equipo que le de la oportunidad de redimirse y de despedirse del fútbol después de toda una vida dedicado a ello.
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