Qué ha pasado con Miguel Induráin

Conquistar cinco Tours de Francia constituye un logro extraordinario que sólo cuatro ciclistas han alcanzado: Bernard Hinault, Jacques Anquetil, Eddy Merckx y Miguel Indurain. Dentro de este selecto grupo, Miguel Indurain se distingue por ser el único que ha obtenido estos cinco títulos de manera consecutiva, lo que le ha valido el sobrenombre de "el Rey".

Apodado "el extraterrestre", "el Rey" o incluso el "Big Mig” (gran Mig), el español reinó en el ciclismo mundial durante cinco años, sin preocuparse por las autoridades antidopaje, a pesar de dar positivo por salbutamol en 1994. ¡Una mirada retrospectiva a la carrera de Miguel Induráin!

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Miguel Induráin Larraya nació el 16 de julio de 1964 en Vilava, España. Hijo de agricultores, es un apasionado de la mecánica, herencia directa de su padre.

Desde temprana edad, Miguel Induráin demostró ser un joven excepcionalmente atlético. Sus primeros logros deportivos surgieron en el campo del atletismo, destacándose especialmente en los 400 metros, donde se coronó campeón de Navarra dentro de su categoría.

Se inició en el ciclismo con nueve años, y en 1976, con 12 años, se incorporó al Club Ciclista Villavés. Ganó sus primeras carreras juveniles en 1981, a los 16 años.

En 1982 se incorporó al equipo Reynolds de Eusebio Unzué como amateur. Ganó el campeonato de Navarra y luego el campeonato de España amateur, resultados que le permitieron llegar al equipo A.

Fue así como, con 20 años, firmó su primer contrato profesional con el equipo de Reynolds. Ese año ganó una etapa del Tour de l'Avenir y se perfiló como una de las grandes esperanzas del ciclismo mundial.

Con la confianza de sus entrenadores, Miguel Induráin se aventuró en sus primeras grandes vueltas. En su debut en la Vuelta a España, destacó rápidamente al vestir el codiciado maillot amarillo de líder en la segunda etapa, aunque terminó la carrera en la posición 84. En su posterior participación en el Tour de Francia, lamentablemente, se vio obligado a abandonar debido a una enfermedad.

En 1986 ganó su primera carrera por etapas en la Vuelta a la Comunidad Europea (antes Tour del Porvenir) y en la Vuelta a Murcia. También participó en la Vuelta y el Tour de Francia, sin resultados convincentes.

Los años siguientes supusieron un desafío para Miguel Induráin, quien luchaba por encontrar su lugar en el mundo del ciclismo profesional. Sufrir dos abandonos consecutivos en la Vuelta a España en 1987 y 1988 fue un golpe para él, y se enfrentó a críticas por su rendimiento inconsistente en las etapas de montaña, a pesar de su notable destreza en contrarreloj.

Fue en 1989 cuando el español se reveló al ganar la París-Niza en marzo. Siguió con una victoria en el Critérium internacional, pero se rompió la mano en la Vuelta a España, que no pudo terminar.

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Aprovechando su momento, Induráin se adjudicó la novena etapa del Tour de Francia y finalizó la Grande Boucle en el puesto 17. Estos logros reafirmaron su estatus como una gran promesa del ciclismo mundial y disiparon las dudas sobre su desempeño en las etapas de montaña.

Reafirmando su dominio, conquistó nuevamente el París-Niza en 1990, seguido por una victoria en la Clásica de San Sebastián. Su excelente desempeño continuó al alcanzar el séptimo lugar en la Vuelta a España, marcando así su primer top 10 en una Gran Vuelta.

En el Tour de Francia de 1990, Miguel Induráin se sacrificó por su líder Delgado y acabó en la décima plaza del Tour, a 12 minutos de Greg LeMond. Sin embargo, su equipo es consciente de que podría haber subido al podio, o incluso ganar, si no se hubiera dedicado a su líder.

En ausencia de Delgado, se le considera el favorito para la Vuelta. Terminó segundo en la clasificación general después de una primera semana de carrera complicada. Si este resultado es su mejor resultado en una Gran Vuelta, no convence a la prensa especializada de sus capacidades para ganar una Gran Vuelta.

Induráin y Delgado parten como co-líderes del equipo Banesto en el Tour de Francia. Tras un comienzo discreto, el español se lleva la contrarreloj en la octava etapa y se apodera del maillot amarillo en la etapa reina en el Tourmalet.

Después de resistir los ataques de sus rivales en Alpe d'Huez, Indurain ganó su segunda contrarreloj y afianzó su posición de liderazgo. A los 27 años, logró su primera victoria en el Tour de Francia, consolidando así su dominio en la carrera más prestigiosa del ciclismo.

El actual campeón, Greg LeMond (en la foto), está completamente rezagado en ese momento. En una columna concedida al periódico Le Monde en 2009, escribió: "Velocidades nunca antes alcanzadas se convirtieron en la norma. Corredores buenos, ciertamente, pero no campeones probados, comenzaron a dominar la disciplina. Aquellos que habían estado en la cima hasta entonces se volvieron demasiado viejos, demasiado gordos o demasiado perezosos para mantener su posición".

Esta victoria marca el comienzo de una larga dominación de Induráin en el circuito mundial. En 1992, logra la hazaña de ganar tanto el Giro de Italia como el Tour de Francia, superando en ambas ocasiones a su rival italiano por más de cuatro minutos: Claudio Chiappucci.

Con el paso de los años, la rutina parece mantenerse para Miguel Induráin. Tras su primer doblete Giro-Tour de Francia, repitió la gesta, pero en el Campeonato Mundial tuvo que ceder ante un joven estadounidense: Lance Armstrong.

El 15 de mayo de 1994, Miguel Induráin arrojó un resultado positivo por salbutamol. Este medicamento, más conocido en Francia como Ventolin, se utiliza para tratar el asma. En septiembre, el español fue absuelto por el comité disciplinario de la Liga Francesa de Ciclismo Profesional.

Tras una temporada excepcional en 1993, Miguel Indurain se perfilaba como el claro favorito para el Giro de 1994. Sin embargo, ocurrió lo inesperado: derrotado en las primeras contrarreloj, "el Rey" Induráin sufrió un revés en las etapas de montaña y tuvo que ceder su trono al terminar tercero en la Vuelta a Italia, por detrás del ruso Berzin (en la foto) y del italiano Marco Pantani.

Molesto por este revés, el primero en una Gran Vuelta desde 1991, Miguel Induráin se desquitó en el Tour de Francia, donde dominó completamente a la competencia. Invencible en las etapas contrarreloj y en las montañas, se impuso con una ventaja de más de cinco minutos sobre el ruso Piotr Ugrumov.

Insaciable, Miguel Induráin decide entonces embarcarse en un nuevo reto: batir el récord mundial de la hora. El 2 de septiembre, en el velódromo de Burdeos, batió el récord que ostentaba desde hacía varios meses Graeme Obree al recorrer 53,040 kilómetros en una hora. Para lograr esta hazaña, se saltó los campeonatos mundiales.

Las sospechas de dopaje se hicieron cada vez más pronunciadas. Su compañero en el Banesto en 1995, el francés Thomas Davy, declaró en particular durante el juicio por el asunto Festina en 1999: "Creo que en este equipo, sobre todo en 1995, me llevaron a tomar EPO. El médico Sabino Padilla, llegó a las habitaciones de los corredores después de la etapa. Las jeringas ya estaban preparadas... Cuando preguntamos qué había en las jeringas, nunca obtuvimos respuesta... "

"Nunca se supo realmente. Estas inyecciones eran habituales en los grandes eventos, especialmente durante el Tour de Francia (...). ...sospechábamos que debía haber algo más que simples productos para la recuperación. Por lo general, nos sentíamos mejor después de estas inyecciones (...) También me proporcionaron cápsulas de Pantestone."

1995 fue el último año de Miguel Induráin en la cima del ciclismo mundial. Ganó su quinto Tour de Francia, con más de cuatro minutos de ventaja sobre Bjarne Riis, e hizo historia al convertirse en el primer corredor en ganar cinco veces seguidas la Grande Boucle.

Ese año también ganó los campeonatos del mundo de contrarreloj, la Vuelta a Galicia y la Vuelta a La Rioja.

El Tour de Francia de 1996 marcó el punto final de su carrera. Concluyó la competencia a más de 15 minutos de Bjarne Riis y, aunque logró una victoria en la contrarreloj olímpica, anunció su retirada a finales de año tras declinar ofertas de varios equipos.

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En 1998 creó la Fundación Miguel Induráin con el objetivo de promover el deporte en Navarra. Él, que siempre ha proclamado su amor por la agricultura, fue elegido en 2009 por la Comisión Europea para promover los productos procedentes de la agricultura biológica.

También participa en una variedad de proyectos, desde tiendas de deportes hasta agencias inmobiliarias y publicidad. Además, es embajador del banco Santander, dueño de Banesto que fue el patrocinador principal del equipo Induráin durante toda su carrera.