Alerta roja en Boca Juniors: las claves de una crisis que parece no tener final
Corren malos tiempos para Boca Juniors. El club xeneize atraviesa un momento crítico en cuanto a imagen y resultados que se ha enquistado desde hace ya más de un año, cuando el conjunto bonaerense cayó ante Fluminense en la prórroga de la final de la Copa Libertadores de 2023.
Su prolongada crisis ya se cobró su primera víctima allá por el mes de septiembre con el técnico Diego Martínez, quien, con menos de un año en el cargo, fue incapaz de dar forma a un plantel ganador… o al menos competitivo, tanto dentro como fuera de Argentina.
Los problemas coinciden además en el tiempo con la presidencia de Juan Román Riquelme, ídolo xeneize que venció en los comicios de diciembre de 2023 al tándem compuesto por Andrés Ibarra y Mauricio Macri, y a quien muchos están criticando por su gestión de la plantilla en materia de fichajes.
Los últimos títulos de Boca Juniors llegaron hace ya dos años, en 2022, cuando arrasaron en tierras argentinas proclamándose campeones de la Liga, la Supercopa y la Copa de la Liga Profesional. Sin embargo, sólo un año después, la cosa empezaría a torcerse y, aunque alcanzaron la final de la Copa Libertadores, terminaron séptimos en la competición doméstica.
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Ese mismo 2023, los de azul y oro alcanzaron la final de la Copa Argentina, donde sucumbieron ante Estudiantes de La Plata (2-3) y en la Copa de la Liga Profesional quedaron fuera en la fase de zonas, dos golpes a los que terminaron sumando los sufridos en Liga y Libertadores.
Aquella situación llevó a Boca Juniors a buscar un sustituto para Jorge Almirón en el banquillo y el elegido fue Diego Martínez, quien firmaría por los xeneizes en diciembre de 2023. Su llegada supuso un gran revulsivo para el equipo, con un cambio de juego y mentalidad que, sin embargo, tuvo una duración bastante limitada.
Medio año después de su llegada, en el segundo semestre de 2024, comenzaron los problemas para el entrenador y para su equipo. En agosto caerían eliminados en los octavos de final de la Copa Sudamericana ante el Cruzeiro, lo que supuso el primer varapalo serio de un año rodeado de malos resultados.
A ello se le sumaría problemas con los jugadores, una imagen bastante discutible en la Copa y otra serie de malos resultados en la liga argentina, especialmente en el Superclásico contra un River Plate repleto de suplentes contra el que cayeron en la Bombonera (0-1) y una vergonzosa derrota ante Belgrano (2-0), que provocó la renuncia del técnico de Buenos Aires.
Durante su etapa al frente de Boca Juniors, Martínez llegó a utilizar 40 alineaciones distintas en un total de 43 partidos, con unas estadísticas de 20 victorias, 15 empates y 10 derrotas, es decir, un 55,5 por ciento de efectividad, con un bagaje goleador de 62 tantos y favor y 40 en contra, lo que da idea del problema que aún hoy viene arrastrando el equipo.
Tras unos pocos días con Mariano Herrón como interino, el 15 de octubre se anunciaba la llegada al banquillo de Fernando Gago procedente del Chivas mexicano, cogiendo al equipo en la décima posición de la tabla clasificatoria y con una idea clara, como dijo en su presentación: "Ser un equipo protagonista, que tenga mucho peso ofensivo. Tener la pelota, tener esa intensidad".
Gago, sin embargo, empezó mal y su agonía se sigue prolongado hasta ahora a pesar de las expectativas generadas en torno a su figura. En su primer partido, fue derrotado en Copa de forma contundente por Tigre (3-0), resultado al que se sumaron dos empates con Gimnasia La Plata y Deportivo Riestra, que sólo sirvieron para incrementar la tensión entre sus aficionados.
Tras otra dura derrota ante Lanús (1-0) en la jornada 20 del campeonato argentino, que terminó de encender las iras de los seguidores xeneizes, los de Gago han conseguido dos victorias seguidas, ante Godoy Cruz (4-1) y Sarmiento (0-2), esta última rompiendo la racha negativa por la que llevaban ya cinco meses sin ganar a domicilio.
Dos buenos resultados gracias los cuales han conseguido escalar hasta la octava posición de la tabla antes de la Fecha FIFA del mes de noviembre, pero que no han hecho olvidar los problemas que vienen arrastrando con tres señalados: el cuerpo técnico, la dirección del club y los propios jugadores.
En el primer caso está Fernando Gago que, si bien apenas lleva un mes en el banquillo, ya ha comenzado a ser cuestionado por su gestión del equipo, recibiendo duras críticas desde numerosos sectores, algunos de los cuales ya han pedido su dimisión.
Y es que, en este sentido, se siguen viendo en el equipo graves problemas tácticos que resolver, especialmente, por el trabajo en el medio del campo, la solidez defensiva o los problemas en ataque. Gago ha caído en el mismo problema que Martínez, poco paciente, con constantes cambios de jugadores y de sistema que no ayudan.
En lo alto del escalafón está Juan Román Riquelme, al que se ha criticado por su trabajo en materia de fichajes, algunos de ellos que parecían realmente prometedores, pero que no han cumplido con la exceptivas. Un caldo de cultivo para los críticos, entre los que destaca el mismísimo presidente argentino, Javier Milei.
Echando la vista atrás, en los cuatro años en los que Riquelme también fue vicepresidente, por el banquillo de Boca Juniors han pasado ya seis entrenadores y, ya en su etapa actual, a las críticas por las contrataciones fallidas se le ha sumado también el tema de la ampliación de la Bombonera.
Finalmente, las críticas también se han dirigido con virulencia hacia los miembros de la plantilla. A día de hoy no parece haber jugadores intocables, ni siquiera si hablamos de nombres como los de Cavani, Rojo o Sergio Romero, y hay mucho hastío por el papel de las incorporaciones, que no han logrado consolidarse como titulares, como es el caso de Gary Medel.
El propio Gago denunció la falta de actitud y compromiso y el mal comportamiento de algunos futbolistas xeneizes, como informó el periodista Marcos Bonocore, de TNT Sports. Falta de concentración en los entrenamientos y actitudes individualistas que enrarecen en ambiente y que vuelven a crear problemas con el entrenador, como ya le pasó a Diego Martínez.
Boca Juniors vive un momento de incertidumbre con un futuro incierto que dependerá del trabajo de Fernando Gago en el banquillo, de que sus futbolistas se conciencien de la situación para salir adelante y de que Riquelme, logre calmar la tempestad desde los despachos para que el club recobre la grandeza perdida.
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