El calvario de Bill Walton (The Big Red Head) que pudo acabar en tragedia

Uno de los mejores pívots de la historia de la NBA
The Big Red Head
Un jugador muy completo
Diez temporadas en la élite, a pesar de las lesiones
Dolor y operaciones
Llegó a pensar en quitarse la vida
La fuerza de todos los que le rodeaban
Un palmarés envidiable, a pesar de todo
¿Qué hubiera sido de él sin lesiones?
Nació en una familia ajena al baloncesto
Hippie y activista por los derechos sociales
El baloncesto fue el oasis donde refugiarse
Lesiones desde el instituto
Estrella universitaria y líder de UCLA
Sus números en el baloncesto universitario
La espalda pronto comenzó a darle problemas
Número uno del Draft de 1974
En lucha por el trono con Kareem Abdul-Jabbar
El gran año con Portland Trail Blazers
Campeones de la NBA antes los Sixers
Importante lesión en el pie izquierdo
Enemigos en la cancha y fuera de ella
Salida complicada de los Blazers
De Portland a San Diego
El jugador mejor pagado de la NBA
Las lesiones regresaron una vez más
Números para olvidar con los Clippers
Traspaso a los Boston Celtics
Red Auerbach apostó fuerte por él
Segundo anillo de la NBA y ‘mejor sexto hombre’
Última temporada, más lesiones y adiós al baloncesto
Los números de la carrera de Bill Walton
Comentarista de televisión
Su hijo Luke siguió sus pasos
‘Quería ser el mejor, quería ganarlo todo’
Leyenda de la constancia y el esfuerzo
Uno de los mejores pívots de la historia de la NBA

Considerado como uno de los mejores pívots de la NBA, Bill Walton alcanzó la gloria individual y colectiva dentro del mundo del baloncesto pese a sus continuas lesiones que, por otro lado, pusieron freno a una carrera con tintes de convertirse en legendaria y que parecía no tener límites para el gigante californiano.

The Big Red Head

Conocido en la NBA como ‘The Big Red Head’ (el gran pelirrojo), Walton despuntó en UCLA hasta convertirse en el rey del baloncesto universitario para, después de ello, ser elegido como número uno de Draft del año 1974 por una franquicia, los Portland Trail Blazers que, por aquel entonces, daban sus primeros pasos en el baloncesto norteamericano.

Un jugador muy completo

Como jugador, Walton era un pívot con gran capacidad defensiva y reboteadora y que tenía una gran facilidad para generar el juego de ataque de su equipo y jugar a espaldas del aro. Características que lo convirtieron en una auténtica estrella de la NBA.

Diez temporadas en la élite, a pesar de las lesiones

Con una altura de 2,13, su gran envergadura y su pelo rojo largo y rizado, Walton paseó por las canchas de Estados Unidos durante 10 temporadas –entre los 70 y los 80-, demostrando que podía convertirse en el gran dominador del baloncesto de la época, aunque sus problemas físicos, en su pie izquierdo y espalda, pusieron coto a poder conseguirlo.

Dolor y operaciones

Aprendió a jugar con el dolor de su pie izquierdo, aunque acabó necesitando numerosas infiltraciones para paliarlo; y por su espalda se vio obligado a pasar hasta 38 veces por el quirófano, un problema crónico que le llevó incluso a pensar en quitarse la vida.

Llegó a pensar en quitarse la vida

"Cuando estaba tumbado en el suelo, sin poder moverme y sin tener nada, me habría quitado la vida si hubiera podido", confesaba Walton en una entrevista a 'Sports Illustrated', mientras promociona su libro 'Back from the Dead’ (Volver de la muerte, 2016).

La fuerza de todos los que le rodeaban

"No quería seguir viviendo. Al menos no de esa manera", añadía el ex jugador de la NBA al tiempo que aseguraba que en ese momento pensó "soy consciente de toda la gente que se ha sacrificado por mí, para que vuelva a tener la oportunidad de seguir haciendo cosas. Por ellos tengo la deuda y la obligación de seguir haciendo cosas". Y así fue… continuó.

Un palmarés envidiable, a pesar de todo

A pesar de todo, aquellas persistentes lesiones no le impidieron acabar su carrera en 1987 con dos anillos de la NBA, dos participaciones en el All-Star, dos campeonatos de la NCAA y entrar en la lista de los 50 mejores jugadores de la historia del campeonato estadounidense de baloncesto.

¿Qué hubiera sido de él sin lesiones?

En la cabeza de muchos expertos y aficionados queda la pregunta de hasta dónde podría haber llegado Bill Walton en la NBA, si las lesiones no le hubieran perseguido toda su vida… Sólo queda lo cuantificable, que no fue poco, así que hagamos un recorrido por una trayectoria llena de luces y sombras, para recordar a 'The Big Red Head'

Nació en una familia ajena al baloncesto

Walton nació en La Mesa (California, Estados Unidos) el 5 de noviembre de 1952, en el seno de una familia que no tenía relación ninguna con el deporte, mucho menos con el baloncesto, pues eran más de música, arte y política.

Hippie y activista por los derechos sociales

Fue su familia la que dio forma a la personalidad de un chico que nunca dejó de ser un activista por los derechos sociales, aunque no tuvieran nada que ver con él. Vegetariano y con un trasfondo hippie que mantuvo desde los años en los que llegó a ser detenido en Los Ángeles, por protestar contra la Guerra de Vietnam.

El baloncesto fue el oasis donde refugiarse

Era un niño alto, delgado, pelirrojo y poco sociable que encontró en el baloncesto su particular oasis, un deporte que, ya desde joven, le trajo mucho dolor y amargura a causa de esas lesiones.

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Lesiones desde el instituto

En el instituto ya comenzó su calvario con las lesiones. Las sufrió en el tobillo, en la pierna y en el pie y llegó a tener que operarse de una lesión grave de rodilla. Muchos contratiempos que no impidieron que Walton acabara triunfando en el baloncesto universitario.

Estrella universitaria y líder de UCLA

Durante tres temporadas fue el líder de UCLA, ganando dos títulos en los años 1972 y 1973 en los que, además, fue el Mejor Jugador de la Final Four y Jugador Universitario del Año, a lo que se sumó una racha histórica de 88 partidos sin conocer la derrota.

Sus números en el baloncesto universitario

Durante los años que estuvo, Walton promedió una media de 20,3 puntos por partido y 15,7 rebotes con 65,1% en tiros de campo y, para la historia del baloncesto universitario quedó su final de 1973 antes Memphis State, donde consiguió 44 de los 85 puntos de su equipo, con 21 de 22 en tiros de campo y 13 rebotes.

La espalda pronto comenzó a darle problemas

Pero en medio de los triunfos, volvieron a tener especial protagonismo sus problemas físicos, en este caso con su espalda, que arrastraría a lo largo del resto de su carrera, hasta el punto de dejarle sin caminar y verse obligado a una compleja operación en el año 2009.

Número uno del Draft de 1974

Sus grandes actuaciones le llevarían a ser elegido por los Portland Trail Blazers como número uno del Draft de 1974, con lo que comenzaba una fructífera relación que terminaría con el primer título de la NBA para ambos en 1977, solo 7 años después de la fundación de la franquicia.

En lucha por el trono con Kareem Abdul-Jabbar

Durante esos primeros años en la NBA, a Walton se le comparó con Kareem Abdul-Jabbar. Eran los dos pívots de moda en el torneo y no fue hasta esa temporada 1976-1977 cuando el ‘The Big Red Head’ consiguió desbancar a la estrella de los Lakers del trono.

El gran año con Portland Trail Blazers

Fue el primer año que los Blazers llegaban a los playoffs y la cosa no pudo salir mejor. En la final del Oeste se vieron las caras contra los Lakers, el único enfrentamiento directo entre Walton y Abdul-Jabbar en unos playoffs, que se decantaron a favor el primero después de que su equipo barriera sobre la cancha a los angelinos.

Campeones de la NBA antes los Sixers

En las Finales, les tocó enfrentarse a Philadelphia 76ers, un hueso duro de roer y al que consiguieron derrotar remontando un 2-0 en contra y con cuatro victorias consecutivas. Unas finales en las que Walton promedió 18,5 puntos por partido, 19 rebotes, 5,2 asistencias y 3,7 tapones.

Importante lesión en el pie izquierdo

Tras aquel año de gloria, la temporada 1977-1978 empezaba como terminó la anterior, con unos Blazers arrasando y terminaría jugando de nuevo los playoffs, pero esta vez sin Walton, que vio cómo su pie izquierdo, después de mucho tiempo jugando con dolor, terminó escayolado por una fisura.

Enemigos en la cancha y fuera de ella

En sus años con los Blazers, sobre todo los últimos, Walton vivió luchando con sus rivales sobre la cancha y contra el dolor y la presión externa fuera de ella –las lesiones le afectaron en sus dos primeras temporadas y en la última-. Cuestiones que, finalmente hicieron que la estrella buscara una salida lejos de Portland.

Salida complicada de los Blazers

Su salida de su primer equipo como profesional estuvo marcada por el enfrentamiento que tuvo con los directivos de la franquicia, a los que acusó de “no tener ni ética ni capacidad profesional para gestionar sus problemas físicos”, algo por lo que pidió disculpas en unas declaraciones de 2009, en las que lamentaba cómo fue su salida del equipo.

De Portland a San Diego

Después de lesionarse en la temporada 1977-1978, estuvo otra más sin jugar para recalar finalmente en 1979 en los San Diego Clippers, donde permaneció cuatro años. Fue un traspaso complicado a causa de sus continuos problemas físicos, pero que finalmente se hizo realidad.

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El jugador mejor pagado de la NBA

Walton regresó a su California natal, a los Clippers, como el jugador mejor pagado de la historia de la NBA en aquel momento, con un salario de 80.000 dólares anuales. Y todo ello a pesar de las lesiones.

Las lesiones regresaron una vez más

Eso sí, Los Clippers firmaron un seguro por si se diera el caso de que esas dolencias de Walton le obligaban a pasar por el quirófano. Algo que no tardó en pasar. Los dolores regresaron y, finalmente, tras parar, el jugador vio como sufría una recaída de su fractura del pie izquierdo.

Números para olvidar con los Clippers

En su primera temporada, jugó solo 14 partidos, en las otras dos 33 y 55, respectivamente, todo ello con unos promedios de 13,9, 14,1 y 12,1 puntos por partido, que caerían a 10,1 en el cuarto año, cuando la franquicia pasó a Los Ángeles debido a sus problemas económicos.

Traspaso a los Boston Celtics

Sus años para olvidar en San Diego y Los Ángeles terminarían con su traspaso, en la temporada 1985-1986 a los Boston Celtics, también a pesar de su curriculum de lesiones y de unas pruebas médicas que no lo consideraban como la incorporación más recomendable.

Red Auerbach apostó fuerte por él

Mucho tuvo que ver en su contratación el técnico Red Auerbach, quien finalmente consiguió incorporar a Walton a las filas de los Celtics para vivir allí una ‘segunda juventud’ y conseguir su segundo anillo de campeón de la NBA como ‘el sexto hombre’ en 1986.

Segundo anillo de la NBA y ‘mejor sexto hombre’

En su primera y exitosa temporada con los Celtics, Walton jugó 80 partidos en la liga regular –la cifra más alta de toda su carrera- y unos playoffs en los que alcanzaron la gloria y el anillo de campeones frente a los Houston Rockets (4-2) con Larry Bird como MVP de la temporada y Walton como mejor sexto hombre.

Última temporada, más lesiones y adiós al baloncesto

Aún permanecería en activo una temporada más, la 1986-1987, en la que las lesiones volvieron a castigarlo dejándole jugar solo 10 partidos antes de su retirada definitiva del baloncesto el 14 de junio de 1987 con 34 años.

Los números de la carrera de Bill Walton

En el total de su carrera profesional anotó 6.215 puntos (13,3 por partido), consiguió 4.923 rebotes (10,5 por partido) y obtuvo un porcentaje de acierto del 52,1% en tiros de campo, en 468 partidos de liga regular, mientras que en 49 partidos de playoffs promedió 10,8 puntos y 9,1 rebotes.

Comentarista de televisión

Los años, ya alejado de las canchas y de sus problemas físicos, le han llevado a seguir cerca del mundo del baloncesto. En su caso, como comentarista televisivo de la cadena ESPN, donde ha seguido a equipos como sus Boston Celtics o los Sacramentos Kings.

Su hijo Luke siguió sus pasos

No solo por él, sino también por su hijo, Luke Walton, quien también pasó por la NBA como jugador de los Lakers y los Cavaliers y que, desde 2013 ha trabajado como entrenador (o asistente) en varias franquicias del campeonato nortemericano.

‘Quería ser el mejor, quería ganarlo todo’

“Nací con defectos estructurales congénitos en mis pies, me rompí la rodilla a los 14 años, tuve una grave lesión de espalda a los 21 años. Así que tenía un cuerpo destrozado y seguía persiguiendo mi sueño. Quería ser el mejor, quería ganar todo”, contó Walton en su biografía.

Leyenda de la constancia y el esfuerzo

Y quizás no llegó a ser el mejor ni a ganarlo todo, pero, sin duda, es una leyenda de la NBA por su constancia, su esfuerzo y su lucha contra el dolor y las lesiones, que no pudieron impedir numerosos logros, con esos dos anillos para la historia.

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