Tuvo que dejar el deporte por castigo y se hizo en política para 'vengarse': la historia de Paola Espinosa
Paola Espinosa, reconocida como una de las figuras más destacadas en la historia del deporte mexicano, culminó su trayectoria de 28 años llevando el deporte de México a niveles destacados, principalmente en los Juegos Olímpicos. En 2022, decidió cerrar su carrera deportiva para adentrarse en el ámbito político.
Nacida en la Ciudad de México el 31 de julio de 1986, se trasladó a La Paz (Baja California Sur) cuando apenas tenía 9 meses de vida y fue allí donde empezó a practicar y familiarizarse con el mundo de la natación, hasta que, a los 11 años regresó a la capital para comenzar a entrenar como atleta de alto rendimiento.
Según explican en el portal Olympics.com, “su principal motivación para convertirse en atleta olímpica fueron los Juegos de Barcelona 1992, y aunque cuando comenzó a competir los mejores clavadistas eran hombres, demostró que las mujeres también podían ganar medallas y empezó a formar lo que se convertiría en la nueva generación de clavadistas mexicanas”.
Su primera participación en unos Juegos Olímpicos llegará en Atenas 2004, aún con 18 años. Una cita en la que no se llevaría ninguna medalla, aunque ya comenzó a destacar tanto en la modalidad individual como en saltos sincronizados.
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Cuatro años después, Espinosa llegaría a los Juegos de Pekín 2008 como abanderada de la delegación mexicana en la ceremonia de inauguración y se marcharía del país asiático con una medalla de bronce en la disciplina de clavados sincronizados, un logro que obtuvo de la mano de Tatiana Ortiz.
En 2012 volvería a convertirse en medallista olímpica, esta vez en los Juegos de Londres y colgándose la plata junto a Alejandra Orozco en plataforma de 10 metros sincronizados. Otro enorme éxito que se sumaba a otros logros fuera de estas importantes citas.
Un año después de su bronce en Pekín, en 2009, Espinosa alcanzaría uno de los logros más importantes de toda su carrera: la medalla de oro en plataforma de 10 metros en el Campeonato Mundial de Natación de Roma frente a la vigente campeona olímpica, la china Chen Ruolin, y convirtiéndose, además, en la primera clavadista mexicana en lograr el título mundial.
Y no se pueden dejar en el tintero tampoco sus 7 oros, 2 platas y 1 bronces conquistadas en los Juegos Panamericanos a lo largo de toda su carrera y los Juegos Centroamericanos y El Caribe de Mayaqüez 2010 donde ganó tres metales dorados. Y aún asistiría a los Juegos de Río de Janeiro 2016, donde se quedó al borde de su tercera medalla olímpica en la prueba individual.
Cerca de cumplir los 36 años, el 9 de mayo de 2022, Paola Espinosa anunciaba a través de una videoconferencia su retirada, algo que se produjo a causa de sus disputas con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) de México, dirigida entonces por la ex atleta Ana Gabriela Guevara.
Y es que, Espinosa no fue seleccionada para acudir a representar a México en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 -que se celebraron en 2021 a causa de la pandemia de la Covid-19- como castigo por negarse a subir una carta a sus redes sociales en apoyo a las autoridades deportivas mexicanas, según publicó Los Angeles Times.
En una rueda de prensa, la clavadista mexicana no quiso posicionarse en contra de la desaparición del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar), que relacionó a la CONADE con el desvió de un dinero que iba para los deportistas y acabó en otras manos, en un evidente caso de corrupción.
"En realidad es algo que a mí no me consta y que no podía apoyar, creo que ese fue el principal enojo", explicó la deportista sobre la razón de su ausencia en aquellos Juegos de Tokio, mientras que Guevara siempre negó que estuviera motivado por temas extradeportivos.
Tras su adiós al deporte de élite, Paola Espinosa concentró su vida en su familia, especialmente en su hija Ivana -que nació en 2017- y en uno de sus grandes proyectos personales, la fundación que lleva su nombre y que tiene por objetivo luchar contra la obesidad y el acoso infantil a través de la activación física.
Sin embargo, en el mes de mayo de 2024 se marcó un nuevo reto en su vida: trabajar dentro del mundo de la política mexicana. Un reto que ha conseguido poner en marcha y con el que ha comenzado a trabajar de la mano de la coalición Fuerza y Corazón por México, conformada por PAN, PRI y PRD para las Elecciones Federales del 2 de junio de este año.
Espinosa llegó y venció, pues, con un 38,66% de los votos -un total de 93.305 sufragios- fue elegida como diputada federal por el Distrito 8 de Guadalajara (Jalisco) superando a sus rivales para el cargo, Ana Gabriela Velas, del partido Movimiento Ciudadano (29,90% de los votos), y Juan José Hernández Rodríguez, de Morena, PT y Partido Verde (29,17%).
En una entrevista al diario El Economista, habló sin tapujos de su nueva vida en la política: "No me da miedo en absoluto, soy una mujer muy sincera, así como me ves, así he sido toda mi vida. No me asusta como pueda afectar a mi imagen como deportista porque pienso hacer las cosas bien, desde el corazón".
"No pienso en puestos políticos voy paso a paso, me estoy empapando de esto, aunque no lo es tanto porque soy ciudadana, mamá, esposa y vivo los mismos problemas que cualquier mexicano, pero lo más inteligente es ir paso a paso. (…) Llego a esto con mucha humildad y con ganas de cambiar cosas y pienso que puedo hacer un buen papel", dijo también al San Francisco Chronicle.
Sin embargo, su paso a la política cuenta con un sueño y un objetivo claro: ponerse algún día al frente de la CONADE: "No sé si se dé, pero el mensaje que quiero dejar es que si estoy ahí trataré de hacer lo mejor posible, escuchando a mis compañeros atletas, entrenadores y doctores, que tanta falta hace que los escuchen", aseguró en El Economista.
Todo ello con el fin de cambiar una institución que nunca consideró limpia ni bien gestionada y que marcó de forma clave su adiós al deporte profesional. Una manera de "redimirse" o incluso "vengarse". O, simplemente, trabajar por un futuro mejor para el deporte mexicano.
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