El grave problema congénito que pudo alejar del fútbol al argentino Leo Suárez
Hay ocasiones en las que la vida nos pone a prueba colocando en nuestro camino importantes barreras, en ocasiones infranqueables, que nos dificultan alcanzar nuestros sueños. Es la historia a la que le tocó enfrentarse el centrocampista argentino Leo Suárez, hoy ídolo de la afición de Pumas, en la Liga MX.
Suárez, natural de San Martín, una pequeña ciudad del área metropolitana de Buenos Aires, nació el 30 de marzo de 1996 con un defecto congénito en su pie derecho con el que le tocó vivir desde su nacimiento y que pudo ser clave para truncar su futuro como futbolista profesional, según contó en un reportaje de TUDN.
El jugador argentino nació con lo que se conoce como ‘pie equinovaro’, también conocido como ‘pie zambo’, una malformación por la cual, los que la padecen, tienen su pie torcido hacia dentro o hacia abajo, dándole una forma que podría asemejarse a la de un palo de golf.
Este problema, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a uno de cada mil neonatos, de los cuales la mitad lo sufren en ambos pies -lo que no es el caso de Leo Suárez, que sólo se vio afectado en su pie derecho-, requiera de un tratamiento para que no termine ocasionando un problema aún mayor: impedir andar.
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En el caso particular de Suárez, recibió a tiempo su tratamiento y consiguió superarlo para, desde muy temprana edad, comenzar a demostrar que había nacido para ser futbolista. Un sueño que, a pesar de aquel golpe, logró cumplir con creces.
En los casos más graves, este defecto de nacimiento requiere de cirugía para poder solucionarlo, aunque en el caso de la actual estrella de Pumas, como contaba Bolavip, tuvo suficiente con un tratamiento más conservador que, a la larga, ha sido más que suficiente para que su vida se desarrolle con total normalidad.
De aquel problema sólo le quedó una secuela que tampoco ha supuesto un impedimento para desarrollar una prolífica carrera como futbolista profesional, pero con la que le ha tocado y le tocará siempre convivir. Y es que una de sus piernas es más delgada que la otra, además de que los huesos de su tobillo no están en las mismas condiciones que los de cualquier otra persona.
"Lo tuve difícil en el sentido de que no tenía la misma movilidad en un tobillo que en el otro. (...) Si le preguntas a cualquiera, a los fisios y los médicos, te van a decir que no es normal que estés jugando deportivamente a un nivel élite como está mi tobillo. (...) Si la operación o el tratamiento salen bien, con suerte, vas a caminar y, al final, acá estoy", contó el futbolista en TUDN.
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Tal fue la efectividad de su tratamiento que, con solo 6 años y por la mediación del padre de otro futbolista, Cristian Erbes, que fue quien lo recomendó, entró a formar parte de las categorías inferiores de uno de los grandes clubes de argentina: Boca Juniors.
Desde sus inicios, fue creciendo en el club xeneize bajo la lupa del ojeador Ramón Maddoni, descubridor de estrellas mundiales de la talla de Juan Román Riquelme, Carlos Tévez o Fernando Gago, aunque nunca llegó a triunfar allí, jugando apenas 2 partidos con el primer equipo en el año 2014.
En esos años tuvo una gran presencia también en las categorías inferiores de la Albiceleste, pasando por los equipos U17 y U20, con los que se proclamó campeón de los Campeonatos Sudamericanos de la categoría 2013 y 2015, respectivamente.
Su incuestionable calidad hizo que desde España se fijaran en él y, de cara a la temporada 2014-2015, con 18 años, el Villarreal lo incorporó a su equipo filial, donde jugaría un total de cuatro temporadas en la tercera categoría del fútbol español.
Sin embargo, desde 2016, dos años después de su llegada al ‘submarino amarillo’, el entonces director técnico del primer equipo, Fran Escrivá, comenzó a contar con él para formar parte de su plantilla, donde permanecería hasta 2020, aunque su presencia se reduciría a sólo 9 partidos oficiales en los que, eso sí, anotó un gol.
Su carrera en España se alargaría durante cinco temporadas. Tres con el Villarreal y dos más en las que pasaría por el Real Valladolid (2018-2019) y el RCD Mallorca (2019-2020). Sería el paso previo a su marcha a México, donde ha desarrollado el resto de su carrera deportiva hasta nuestros días.
Su primera parada en la Liga MX fue el Club América, al que llegó para reforzar al equipo de cara al Torneo Clausura 2020 y donde permanecería hasta el Apertura 2023, con un paso -en 2022- por el Santos Laguna, con el que completó toda la temporada 2022.
Pero el deseo de Leo Suárez siempre fue cobrar más protagonismo dentro del club cuyos colores defendía. Y es por ello, ante las dificultades para conseguirlos con las ‘Águilas’, que en 2024 fichó por su último club, Pumas, donde hoy es un ídolo entre sus aficionados.
La vida, sin embargo, ha querido ponerle una vez más a prueba. Tras un partido entre Pumas y Pachuca del Torneo Clausura 2024, Leo Suárez sufrió una importante lesión, rompiéndose el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda.
Un duro revés en su mejor momento por el que ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente y que le obligará a perderse, en principio, el Torneo Apertura 2024, y, en adelante, todo lo que ocupe el largo plazo de recuperación que tiene por delante.
A sus 28 años, sin embargo, tiene aún tiempo para regresar y triunfar por todo lo alto en México y con Pumas. Porque, a pesar de los baches que se ha encontrado por el camino, Leo Suárez siempre ha sabido sobreponerse para luchar por su sueño dentro del mundo del fútbol.
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