El peor momento de Pep Guardiola
Los malos resultados y todos los problemas extradeportivos que rodean al Manchester City por no el presunto incumplimiento del fair-play financiero han sacado la peor cara de Pep Guardiola. El técnico catalán ha mostrado públicamente claros síntomas de desgaste y nerviosismo, protagonizando varios episodios fuera de tono.
Guardiola, que anunció a finales de noviembre la renovación por dos años de su contrato con los citizens, vive su peor momento como entrenador, encadenando una serie de malos resultados con los que su equipo ha logrado ganar sólo un partido de los últimos 8 disputados, es cuarto en la Premier League y decimoséptimo en la Champions.
El de Santpedor ha firmado hasta la fecha su peor arranque desde que aterrizó en el Etihad en 2016 -dos puntos por debajo de su peor año, en la campaña 2019-2020-, consiguiendo además un récord negativo sin precedentes en su carrera: caer derrotado en cinco partidos de forma consecutiva.
Un momento de tensión en lo deportivos al que se suma el fantasma de las posibles sanciones que podrían recaer sobre el Manchester City, una vez que, según publicó el Daily Mail, el caso de las 130 infracciones de las que se acusa al club inglés. Un castigo que podía ir desde sanciones económicas y la pérdida de puntos hasta el descenso forzoso de categoría.
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Sobre este tema, el propio Guardiola, hablando además en primera persona, mostró todo su apoyo a la entidad en una rueda de prensa de la que se hizo eco ESPN: "Somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Después veremos qué pasa, pero es lo que hay", dijo.
El entrenador de los 'skyblues', sin embargo, dejó la puerta abierta a que esas sanciones pasen de especulaciones a realidad, asegurando de forma firme que no abandonará el barco sea cual sea la decisión final de los expertos que dictarán sentencia sobre el caso.
Pero la aparente tranquilidad de Guardiola ante esta situación se ha visto afectada de forma muy seria con lo que está pasando sobre el césped y, tras el partido de Champions League contra el Feyenoord del pasado 26 de noviembre en el que los neerlandeses empataron tras una gran remontada en los minutos finales, empezó a mostrar síntomas de que algo no iba bien.
En el postpartido, el técnico español se presentó ante los medios de comunicación presentes con numerosos rasguños en su cabeza y en la cara, heridas que, según confesó frente a los micrófonos que fueron causados por él mismo después de autolesionarse motivado por el estrés y el nerviosismo del momento.
"Me lo hice con una uña. Quería hacerme daño a mí mismo", explicó en BeIN Sports, palabras a las que sumó posteriormente en un comunicado una disculpa destacando la importancia de cuidar la salud mental en el mundo del deporte de élite.
Pero su paz mental se vio de nuevo en peligro tras la derrota (2-0) contra el Liverpool en Anfield del pasado 1 de diciembre. Durante el encuentro, Guardiola pudo escuchar cánticos burlándose de él, cuestionando su continuidad en Manchester, a lo que él respondió mostrando seis dedos a los aficionados 'reds' en alusión a los seis títulos de la Premier que ha conseguido.
Tras ese partido, fue cuestionado por los medios (haciendo referencia a la posibilidad de una destitución) comparando su gesto con otro similar al que hizo su archienemigo José Mourinho en 2018 antes de ser despedido del Manchester United. Algo a lo que él respondió según ESPN: "Espero que en mi caso no... Él ganó tres, yo seis... pero en eso somos iguales".
Su comentario no fue pasado por alto por el técnico portugués quien no dudó en responderle con contundencia, como también publicó ESPN citando al medio turco Hurriyet: "Gané de manera justa y limpia... no quiero ganar teniendo que lidiar con 150 casos judiciales".
Guardiola se ha visto obligado a salir al paso de está ofensiva réplica, asegurando que sólo estaba bromeando cuando habló de su colega, ahora en el banquillo del Fenerbahçe, según recogió ESPN: "Si lo he ofendido, lo siento mucho, pero era una broma. El caso es que él tiene tres y yo seis, es un hecho, pero la intención era totalmente buena", afirmó.
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No ha sido el único enfrentamiento dialéctico que Guardiola ha tenido con Mourinho, ni estas las únicas reacciones negativas que ha mostrado públicamente en momentos de adversidad. Así lo demuestra otro vídeo que se ha hecho viral este mes y en el que se ve enfrentándose a un aficionado del Liverpool.
Fue tras la derrota en la final de la FA Cup de la temporada pasada contra el Manchester United (2-1), cuando un aficionado en la calle le dice "Llora, porque has perdido", frase ante la que el técnico no dudó en girarse y encararse con él diciendo "¿Quieres saber lo que es perder?", mientras lo sujetaban los miembros de seguridad que lo acompañaban.
Tras su última derrota en Inglaterra contra el Crystal Palace, han sido muchos los medios que lo han tachado de derrotista, después de que dijera que su equipo tiene "que sobrevivir a esta temporada" y excusándose de los malos resultados haciendo alusión a la mala suerte.
Todo ello es resultado de la forma de vivir el fútbol que tiene Guardiola, como explicó en un encuentro digital con el famoso chef español Dani García en su espacio de YouTube 'Desmontaditos', donde reconoció sin tapujos que últimamente está más nervioso de lo que es habitual en él.
"Aunque te apoyes en los amigos, la soledad del entrenador no te la quita nadie. El duelo lo pasas solo. Entras en la habitación, apagas la luz y estás tú...", aseguraba Guardiola, a la vez que recalcaba "no podemos ser felices todo el día. Si estás tristes, estás triste".
"Es bueno estar triste, vivir con ello, luchar con ello. No hay que ir contra el estado de ánimo. La gente pretende todo ser excepcional. Soy fan de la derrota, el rival tiene tanta capacidad, tiene papá y mamá. Mediáticamente no es así", añadía.
Un tema en el que quiso profundizar en ese encuentro apuntando que "te dictan que tiene que ser feliz siempre, que tienes que ganar la Champions, la Premier... Ya hacemos mucho con intentar hacer las cosas. (…) No soy perfecto".
"Me gusta. No hay otra explicación: imaginar el partido, ponerte en el barranco, en el límite, animarte viendo que servirá, visualizar lo que pasará. Quiero dejarlo e irme a jugar al golf, pero no puedo. En un momento sentiré que es suficiente. Volver a empezar, no lo veo. Quizás una Selección. Debería parar, como los cocineros que van a otros países. Me iría bien, pero estoy aquí", añadía.
Palabras que muestran la forma que tiene Guardiola de vivir el fútbol y que tiene dos caras que él mismo ha mostrado públicamente: cuando se gana y todo funciona y cuando se pierde, un momento como el actual, en el que pierde los papeles hasta niveles que pocos podían imaginar.
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