Estrellas que brillaron en un Mundial para luego apagarse

Un Mundial puede cambiar la vida a un futbolista. Para bien y para mal. La competición futbolística más importante es un escaparate sin igual que puede valer un contrato con muchos ceros o el ostracismo más absoluto.

En el caso que nos ocupa, toca hablar de aquellos futbolistas que brillaron en un Mundial para luego desaparecer de forma incomprensible. Las estrellas más fugaces.

A saber, James Rodríguez anotó seis golazos en Brasil 2014 y llevó a Colombia a cuartos de final, donde cayeron contra Brasil. Su Mundial le valió para que el Real Madrid pagara 80 millones de euros por él.

Pero en el Real Madrid nunca encontró la continuidad necesaria, salvo en una descomunal primera temporada. Acabaría pasando por Bayern de Munich, Everton, Al-Rayyan y Olympiacos, donde milita desde verano de 2022.

Fue el Mundial de este lateral izquierdo. Metió a Italia en la final con un gol en el minuto 118 y anotó el último penalti de la tanda que supuso el Mundial para su selección, dejando su imagen unida a la leyenda. Y desapareció.

Pasó por Inter de Milán, Olympique de Lyon y Juventus hasta que en 2012 decidió retirarse, muy lejos del jugador que enamoró al mundo en aquella banda izquierda de Alemania.

Fue el lateral izquierdo titular de la España campeona del mundo de 2010 y cuajó un torneo sensacional, aportando en defensa, en ataque y, sobre todo, en las celebraciones posteriores.

A partir de ahí, un declive inesperado, que le llevó a jugar apenas 71 partidos entre 2011 y 2017, cuando pasó por Benfica, Espanyol, North United y Lierse.

Este talentoso delantero anotó el gol que le dio a Alemania el Mundial de Brasil 2014, en la prórroga, frente Argentina. Palabras mayores. Desde ese momento, incluso antes, todo fue cuesta abajo.

En 2013 había fichado por el Bayern de Munich de Guardiola, donde desapareció del mapa. En 2016 volvió a Borussia Dortmund pero nunca fue el mismo. En 2020 se fue al PSC Eindhoven y desde 2022 milita en el Eintracht Frankfurt. Nunca fue el mismo.

El delantero ruso tiene el récord de goles anotados en un solo partido de Mundial, anotó cinco goles contra Camerún y terminaría siendo máximo goleador del torneo con seis dianas, empatado con Hristo Stoichkov. Es decir, sólo anotó un gol más en el torneo.

Desde aquel Mundial, pasó por Valencia, Rangers, Istanbulspor, Córdoba y Pogon Szczecin, anotando 11 goles en su temporada más prolífica (y fue en la Superliga de Turquía).

El Mundial que hizo el senegalés fue pura fantasía. A sus 21 años, parecía jugar contra menores de edad y, de hecho, llevó a Senegal a unos históricos cuartos de final.

Su Mundial le valió fichar por el Liverpool pero al llegar a los Reds parecía otro jugador. Anotaría 3 goles en las tres temporadas que estuvo en Anfield. Las cosas no fueron mucho mejor en Bolton, Sunderland, Blackburn, Rangers, Doncaster o Leeds.

Toto Schillaci entró a última hora en la convocatoria de Italia de Azeglio Vicini, y acabó como máximo goleador del torneo con seis goles en siete partidos, llevando a Italia al tercer puesto.

El 'Salvatore de la Patria' llegó a jugar 9 partidos más con la selección, en los que solo anotó un gol más. De hecho, en tres temporadas tras el Mundial, pasó de la Juventus al Jubilo Iwata japonés, previo paso olvidable por el Inter de Milán.

El delantero francés tiene el récord de goles en un Mundial, con 13 goles, una cifra absolutamente descomunal que nadie ha podido superar en más de 60 años.

Cierto es que en el Stade de Reims mantuvo una media de casi un gol por partido pero no volvió a disputar más Mundiales... ¡porque se retiró a los 28 años!

Marcó uno de los goles más salvajes anotados en un Mundial. Fue ante Bélgica, recorrió 70 metros, dejando atrás a medio equipo rival y marcando un gol que se comparó al de Maradona a Inglaterra en México 1986.

Su gol fue histórico por la factura pero fue el único que anotó en el torneo y, a pesar de convertirse en un héroe en su país, el asunto no pasó de mera anécdota.

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