Increíble historia de superación: los duros inicios de la futbolista Ludmila da Silva
La brasileña Ludmila da Silva, una de las mejores jugadoras de La Liga F y de la Canarinha, ha triunfado dentro del mundo del fútbol superando un pasado difícil que esconde una gran historia de superación, convirtiéndose además en un ejemplo para muchas niñas que quieren hacerse un hueco en este deporte tradicionalmente masculino.
Nacida el 1 de diciembre de 1994 en una favela de la ciudad de Guarulhos, en el estado de São Paulo, su madre decidió enviarla junto a su hermana a un orfanato para huir de un ambiente familiar tóxico en el que tanto ella como su padre tenían problemas con la bebida, además de que éste las maltrataba.
Da Silva permaneció en aquel centro de internamiento hasta los tres años, momento en el que su tía la sacó de allí junto a su hermana para llevársela con ella a vivir a Jaraguá, al noroeste de São Paulo, donde se asentaron también en las favelas.
Como todos los niños y niñas brasileños que viven en estas zonas pobres y desprotegidas, la futbolista brasileña creció y le tocó que convivir con un ambiente difícil, donde la delincuencia y el tráfico y consumo de sustancias ilegales estaban a la orden del día.
"Yo siempre he visto cosas malas como tráfico o armas y no tenía motivación, porque cuando tú estás en la favela no ves salida, porque es lo que hay ahí. Y como somos de la favela y además para mí, por ser negra, era muy difícil encontrar un trabajo", contó en una entrevista al diario AS.
"Cuando era pequeña siempre escuchaba a la gente decir que sería una chica mala, que me dejaría llevar por el consumo de sustancias y que no tendría futuro. Para mí fue duro, porque vi morir a mi amiga y mi hermana por consumir", explicó la brasileña.
Ante los baches que se iba encontrando en el camino, Ludmila da Silva buscó su escudo particular en el mundo del deporte. Comenzó practicando atletismo y capoeira, hasta que, finalmente, con 15 años, decidió apostar por el fútbol, el que, a la postre, sería su gran salvavidas.
Su propia tía, la que se hizo cargo de ella desde los tres años, le inculcó la importancia de no torcerse en su vida: "Siempre me aconsejó seguir un camino bueno y soñar con el fútbol. Eso fue muy bueno y muy importante porque ella me dio fuerzas para luchar", explicó en AS. Y el fútbol tuvo un papel crucial para conseguir esa meta.
Fue un tema en el que también insistió en el videopodcast de LALIGA VS, donde hizo memoria sobre su duro pasado antes de comenzar su carrera en el mundo del fútbol recordando que "si no se hubiera cruzado el fútbol, mi camino podría haber sido el de mi hermana o el de mi amiga".
El momento clave para dar el salto de las favelas al mundo del fútbol, fue la aparición de un cazatalentos que, después de verla jugar en la calle e impresionado por su calidad, decidió apostar por ella. La llevó a su ‘escolinha’ y terminó consiguiéndola una prueba para la Juventus de São Paulo, el que sería su primer equipo.
"Yo jugaba al fútbol porque a mi hermana le encantaba, pero nunca creí que me dedicaría a ello. Él me ayudó y me llevó a un equipo femenino para que hiciera las pruebas. Y, cambió toda mi vida", destacó en el diario AS.
Debutó el 30 de abril de 2011 en la tercera jornada del Campeonato Paulista y ahí comenzó su andadura en el fútbol brasileño, que la llevó por cuatro clubes más antes de dar su salto a Europa en 2017: São Caetano (2012), Portuguesa (2013), Rio Preto (2013-2015) y São José (2015-2017).
En esa época comenzaron también a convocarla para jugar con la selección brasileña, dando sus primeros pasos con el equipo Sub-20 en el Campeonato Sudamericano que se disputó en Uruguay en el año 2014, aunque no fue hasta 2017 cuando Emily Lima, con la que coincidió en el São José, apostó por ella para la absoluta.
Ese mismo año 2017 sería el que Ludmila da Silva ficharía por el Atlético de Madrid, un nuevo salto en su carrera que, sin embargo, inició con dificultades para su adaptación por algo que también le criticaron con la Canarinha: "La gente decía que no sabía jugar al futbol porque tenía dificultades para hacer gol. Lo pasé mal", dijo en AS.
Sin embargo, el tiempo fue poniendo las cosas en su sitio y la brasileña terminó asentándose en el equipo, donde hasta la temporada 2023-2024, ya acumula y 7 temporadas defendiendo los colores rojiblancos, en las que ha anotado 77 goles y ha dado a sus compañeras 40 asistencias, y a pesar de que en la 2022-2023 se rompió el cruzado, lo que la tuvo mucho tiempo apartada.
En Madrid, en 2020, vivió un episodio racista que se hizo viral después de que ella misma lo publicara con varios videos en sus redes sociales. En ellos se mostraba cómo, al entrar en un supermercado, los vigilantes de seguridad la seguían de cerca atenta a sus pasos.
"Todas las veces que yo entro a un supermercado siempre tengo a un guardia de seguridad exclusivo para mí. No es una broma. Y para que veáis que estas cosas no solo pasan en Brasil. Siempre que entro a un supermercado tengo a uno de seguridad detrás", dijo.
En el videopodcast de LALIGA VS habló sobre el tema, recalcando que "España es un país racista. Pero hay racismo aquí como lo hay en Brasil o en Estados Unidos. Lo que ocurre es que ahora mismo aquí tenemos puesto el foco en el problema" y destacó que "los insultos racistas afectan psicológicamente: tratas de evitar que se resienta tu fútbol, pero luego llegas a casa y lloras".
Defensora de luchar contra esta lacra y de seguir apostando por el fútbol femenino, Ludmila da Silva se enorgullece de su trayectoria en el mundo del fútbol y de que sus logros sirvan de ejemplo para muchas niñas: "me miran diferente, con la ilusión de que puede haber un futuro mejor y se puede llegar donde quieras con sacrificio".
"Me alegro mucho por esto porque antes había pocos motivos para soñar para esas niñas que querían jugar al fútbol en mi barrio. Yo desde aquí, fuera de Brasil, represento a mi favela y eso es bueno. Cuando he ido allí he visto que ha cambiado un poco la idea de esas niñas y me alegro mucho", recalca la futbolista.