La trágica historia del exfutbolista Thierry Henry: "Nunca fui feliz"
Fue uno de los mejores delanteros que dio el fútbol entre la segunda mitad de la década de los 90 y principios de los 2000. Pasó por clubes del nivel de Mónaco, Juventus, Arsenal y F.C. Barcelona con una trayectoria llena de éxitos. Pero, en medio de tantas luces, en la vida de Thierry Henry también ha habido sombras que él mismo trató de ocultar…
Como otros futbolistas de élite -véase Andrés Iniesta, Chicharito Hernández, Delle Alli o Jesse Lingard, por poner algunos ejemplos-, Henry también ha tenido que vivir y luchar contra sus problemas de salud mental, algo que, como el mismo ha confesado es algo que ha venido arrastrando desde su infancia.
En una charla con Steven Bartlett, en el podcast ‘The Diary of a CEO’ en enero de 2024, el ex jugador francés, ahora entrenador, contó por primera vez esos traumas con los que ha tenido que convivir durante toda su carrera como futbolista profesional, e incluso ahora en su estancia en los banquillos.
"Soy un ser humano, por eso tengo sentimientos. A lo largo de mi carrera y desde que nací debo haber estado con depresión. ¿Lo sabía? No ¿Hice algo al respecto? Obviamente, no. Pero me adapté en cierta manera”, contaba Henry.
Un problema, aseguró que viene de muy atrás, cuando era sólo un niño, por la "gran exigencia" que siempre hubo sobre él por parte de sus padres para convertirse en un gran jugador de fútbol. Una infancia muy alejada a cómo debería haber sido en la que, dijo, "no recibí ni cariño, ni amor".
Los padres de Thierry Henry se separaron cuando tenía sólo 8 años, algo que no fue fácil para él, como tampoco lo fue marcharse de casa con 13 años dejando todo atrás por el fútbol, ni todo lo que vivió antes, sintiendo una gran presión de su parte, algo que se acrecentaba cuando cometía algún error sobre el césped.
"La primera vez que mi padre me abrazó, me dijo que sería un gran jugador de fútbol y, a partir de entonces, fui programado para el éxito. Mi padre tomó el control total de mi y fue difícil. Nunca fui feliz, aunque marcara. Y siempre busqué su aprobación", destacaba Henry.
Su padre, Antoine, recordó el ex delantero francés, "era muy exigente" como demostró la anécdota de que "una vez marqué seis goles y estaba descontento. Perdí ese control". Y es que, lamentó, a pesar de sus esfuerzos, criticaba constantemente sus actuaciones en el campo.
"Con mi padre y con mi madre siempre fue difícil, como si nunca hiciera suficiente. Mi padre era muy particular a veces sobre cómo era yo. Como jugador, cuando era niño, siempre era como si no lo hicieras del todo bien. Entonces, obviamente, cuando escuchas esas cosas muchas veces, se te quedan marcadas", aseguró.
Con todo ello, Henry, pasó de aquella infancia tratando de complacer a sus padres a una vida profesional en la que fue el mismo el que se presionó de forma inconsciente tratando de complacer al resto de las personas: compañeros, aficionados, directivos, etc.
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Y es no fue hasta muchos años después (décadas después) cuando el ex futbolista francés se dio cuenta de la influencia negativa que aquella infancia ejerció sobre el resto de su vida profesional y personal, marcada por fuertes presiones y continuas frustraciones.
"Desde pequeño te han dicho, ya sea en casa o en tu trabajo, ‘no seas ese tipo, no demuestres que eres vulnerable. Si lloras, ¿qué van a pensar?’. Estaba llorando, pero, técnicamente, era el joven Thierry el que lloraba. Estaba llorando por todo lo que no consiguió", lamentaba.
Fue durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19, según recordó, cuando se dio cuenta del problema que venía arrastrando y decidió afrontarlo y luchar contra él. Un momento duro en el que se encontraba solo en Canadá, siendo entrenador del Montral Impact: “Estaba aislado y no pude ver a mis hijos durante un año, fue muy difícil".
"Lloraba casi todos los días sin motivo alguno. Las lágrimas se me caían solas, ¿Por qué? No lo sé, quizás estaban aguardando... Estuvieron allí durante mucho tiempo. Llegó un momento que lloraba por todo", confesó sobre aquellos días Thierry Henry.
En ese sentido, explicó el francés, tratar de adaptarse a aquella situación en vez de enfrentarse a ella no fue la mejor decisión: "No significa que estuviera haciendo lo correcto". Aunque la realidad es que estaba cegado ante ella…
De pequeño le decían que "hay que poner un pie y luego otro", lo que no significa, como reconoció Henry que pudo ver ya con la perspectiva que dan los años, que fuera por el camino correcto: "Nunca paré de caminar, si lo hubiera hecho, tal vez, me hubiese dado cuenta de todo", explicó.
En esos años, el trató de obviar esos problemas: "Ya lo sabía antes, pero me estaba mintiendo a mí mismo. Me estaba asegurando de que esos sentimientos no fueran demasiado lejos, me puse la capa. Pero cuando ya no eres jugador, ya no puedes ponerte esa capa...".
Aunque hoy lo deja claro, como comentó en el podcast: "Tendemos a huir en lugar de afrontar nuestros problemas, eso es lo que hacemos todo el tiempo. Intentamos mantenernos ocupados, intentamos evitar el problema o no pensar en él".
Tras su mala experiencia durante el confinamiento, tuvo lugar un momento, explicó, que lo cambió todo: "Apoyé mis maletas para despedirme y todos empezaron a llorar, desde la niñera hasta mi novia y los niños. En ese momento, deshice las maletas y dejé de entrenar en Montreal. Me di cuenta que amaban a Thierry, no a Thierry Henry. Me quedé, por primera me sentí humano...".
Hoy, a sus 46 años, trata de luchar contra sus fantasmas junto a su familia, priorizándola por encima de todo, pero sin dejar de lado el fútbol ejerciendo como entrenador de la selección francesa sub-21 y como comentarista deportivo, y contando al mundo su experiencia, que es la misma que viven muchos otros deportistas de élite.
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