Salvador Cabañas: el futbolista que recibió un disparo en la cabeza y volvió a jugar

Vivía uno de los momentos más dulces dentro de su carrera como futbolista. A punto de cumplir 30 años, Salvador Cabañas estaba a pocos meses de disputar su segundo Mundial con la camiseta de su país, Paraguay, mientras triunfaba a nivel de clubes en el América de México, pero un disparo terminó con sus sueños…

El 25 de enero de 2010, Cabañas recibió un disparo en la cabeza en los baños del Bar Bar, conocido establecimiento de ocio nocturno de la Ciudad de México, frecuentado por futbolistas y otras celebridades, de manos de José Jorge Balderas Garza, un conocido narcotraficante más conocido con su apodo: ‘JJ’.

Las razones de aquel atentado contra la vida del futbolista paraguayo nunca quedaron muy claras y son varias las versiones sobre las razones que llevaron al narcotraficante ‘JJ’ a dispararle en la cabeza con intención de acabar con su vida.

El propio Cabañas contó en un evento público, en octubre de 2021, que la causa de aquello podría ser el juego. Y es que, según el ex futbolista, ‘JJ’ habría apostado mucho dinero contra el América en un partido en el que él habría marcados “dos o tres goles”.

Sin embargo, hay otras teorías, como la de la periodista Anabel Hernández que en su libro ‘Emma y las Señoras del Narco’ apunta a que, por aquel entonces, Cabañas coqueteaba con la actriz Arleth Terán, supuestamente pareja de otro narcotraficante de su cártel, Edgar Valdez Villarreal, lo que pudo motivar dicho intento de asesinato.

Y el propio Cabañas aún daría un argumento más en LaCuarta.com, asegurando que no le querían en el Mundial de Sudáfrica: “Yo estaba en mi mejor momento, había interés de algunos clubes europeos por tenerme y tal vez podía ser un peligro para muchas selecciones”.

Sea como sea, milagrosamente, Salvador Cabañas sobrevivió a aquel intento de asesinato, no sin antes pasar cerca de 10 días en coma e ingresado en un hospital de la Ciudad de México, donde los médicos decidieron no sacarle la bala de la cabeza para no dañar más su cerebro.

Y es que, aunque no perdió la vida por aquel atentado, Cabañas sufrió una serie de secuelas físicas que le acompañarán el resto de su vida: perdió la visión del ojo izquierdo y sufrió una hemiplejía leve, una parálisis leve, en toda la parte izquierda de su cuerpo.

Aquello tuvo también sus consecuencias personales, laborales y económicas. En el plano personal y, de algún modo también en lo económico, terminó por separarse de su esposa, Maria Lorgia, después de que, como él mismo denunció, ella y su representante lo defraudaran y se quedaran con parte de su dinero y varias de sus propiedades.

Esa cuestión la rebatió la propia Lorgia en el programa de la TV Azteca ‘Ventaneando’, donde aseguró que las razones de su divorcio de Salvador Cabañas venían de mucho tiempo atrás y nada tuvieron que ver con el incidente, sino que lo achacaba a infidelidades y a sus excesos con la bebida.

En cuanto al tema laboral –y de nuevo afectando claramente al plano económico-, aquello alejó a Cabañas del mundo del fútbol. Su carrera en el América terminó tras cuatro campañas de éxitos, se perdió su ansiado Mundial de Sudáfrica 2010 y se rompió su sueño de ir a Europa, ya que, tiempo después, confesó que tenía un preacuerdo con el Manchester United para mudarse a Old Trafford.

Dos meses después de su ingreso en el hospital mexicano, Cabañas se fue a Buenos Aires (Argentina) para comenzar un periodo de rehabilitación de dos meses, tras lo cual acabó mudándose definitivamente con sus padres al barrio Sagrada Familia de Itauguá (Paraguay).

Se habló entonces que, arruinado por los acontecimientos posteriores al disparo, Cabañas se vio obligado a trabajar en una panadería de Itauguá, pero él mismo lo desmintió en una entrevista con el youtuber mexicano ‘Escorpión Dorado’.

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"Lo que no me gustó fue que salió que yo estaba trabajando en una panadería y que era muy pobre, eso es mentira. No es cierto. Le puse una panadería a mis padres para que ellos tuvieran su propio negocio en la casa y que pudieran vivir tranquilos”, explicaba Cabañas.

Y añadía: “Tengo muchas cosas que le generan dinero: tengo un complejo deportivo, terrenos que estoy alquilando. En Paraguay se dice que ando muy mal, que no trabajo y que no tengo dinero, pero eso es mentira. Las cosas que tengo me generan dinero".

Sólo un año y medio después del suceso, Cabañas volvió a vestirse de corto de nuevo, aunque fuera a modo de homenaje para él. Fue en un partido entre el América y la selección de Paraguay, en un escenario único como el estadio Azteca de Ciudad de México y vistiendo las camisetas de ambos conjuntos, una en el primero y la otra en el segundo tiempo.

Pero Cabañas quería más. Su deseo era el de volver a ser futbolista. Y lo consiguió, eso sí, lejos de la élite donde un día triunfó. En el año 2012 regresaría a los terrenos de juego con la camiseta del Club 12 de Octubre, equipo de la Tercera División paraguaya con sede en Itauguá.

Un regreso que se alargaría tres años, hasta su retirada definitiva del mundo del fútbol el 29 de mayo de 2014, y que lo llevaría también a jugar en las filas del Club General Caballero, de la Segunda División de Paraguay (2013) y del Club Deportivo Tanabi, de la Serie B del Campeonato de Sao Paulo (Brasil), en 2014.

Aún le faltaría, eso sí, un último y curioso contrato, que solo tuvo cuatro partidos de duración, con el Club Independiente de la Liga Deportiva de Amambay, los que tendrían que llevar al equipo desde los octavos a la final de aquel torneo y en la que Cabañas jugaría, por contrato, al menos 20 minutos para atraer público al campo.

Una vez colgó las botas, ya sí de forma definitiva, Cabañas continuó ligado al mundo del fútbol trabajando en las categorías inferiores del Independiente Campo Grande de Paraguay.

De ahí, pasaría a formar parte de los cuerpos técnicos del paraguayo Pablo Caballero Cáceres y del argentino Gabriel Pereyra en Cafetaleros de Chiapas, club de la Segunda División de México, una corta experiencia que vivió en el año 2020.

En el año 2019, el exjugador paraguayo inauguró la Escuela de Fútbol Cantera DF Peña Flores que lleva su nombre, que cuenta con una gran infraestructura para detectar talentos y nutrir a los clubes de la Primera División mexicana.

Pero también ha sabido aprovechar su lucha por recuperarse para ayudar a los demás a través de la realización de charlas motivacionales en las que pone sobre la mesa el aprendizaje que le han dejado tanto la vida como el fútbol.

Entre tanto, y después de que Cabañas asegurara en W Deportes que ya había perdonado a su agresor a pesar de haberla truncado su carrera, tuvieron que pasar 12 años desde el ataque para que JJ recibiera, ya en prisión, su sentencia por lo acontecido en 2010: 36 años de cárcel.

"Siempre lo voy a decir, si encuentro al señor delante de mí le diré que le perdono. Por algo estoy con vida y siempre le agradeceré al ser supremo y a la gente que me apoyó. Estoy muy bien, estoy en paz. Me dieron otra oportunidad. Nunca me he arrepentido de nada, estoy vivo y es lo que me importa", dijo Cabañas en entrevista a Univisión.

A pesar de los sueños rotos aquel fatídico día, Cabañas supo seguir luchando para volver a los terrenos de juego. Lo hizo, jugó varios años y se retiró con orgullo y como un ejemplo de lucha y superación. Y, a día de hoy, sigue disfrutando del mundo del fútbol buscando a nuevos talentos.

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