Recordando la trágica muerte del surfista Andy Irons: así fue su vida
Andy Irons fue un surfista profesional estadounidense, posiblemente uno de los más revolucionarios de este deporte. Su actitud intrépida y su impulsivo carácter lo diferenciaron del resto, convirtiéndolo en un icono del surf. Su único y verdadero enemigo fue él mismo, su lado oscuro, que lo seguía como una sombra.
Nacido en 1978 y criado toda su vida en Hawái, Irons formaba parte de la segunda generación de una orgullosa familia de surfistas con profundas raíces dentro de este deporte. Su padre, Phil Irons, le enseñó a manejar la tabla de surf desde muy pequeño y, con solo ocho años, ya se lanzó a las olas hawaianas poco profundas.
Andy y su hermano Bruce crecieron surfeando en la costa norte de Hawái, un hermoso paraíso rodeado de belleza tropical. Sin embargo, las olas de 3 metros rompiendo en un arrecife poco profundo sirvieron como un buen entrenamiento en un escenario duro como es la isla del Pacífico.
Ambos surfistas perfeccionaron sus habilidades en la bahía de Hanalei bajo la atenta mirada de la industria, siempre con el radar en marcha en busca de estrellas. Hasta que, gracias a su gran talento, Andy y Bruce comenzaron a darse a conocer desde 1995 en las WQS (World Qualifying Series).
A pesar de que ambos hermanos se convirtieron en grandes contendientes para otros novatos del circuito profesional ASP World Tour, Irons pasó casi completamente desapercibido en su primer año y continuó en el anonimato.
Los dos jóvenes surfistas crecieron expuestos a condiciones difíciles, lo que esculpió sus estilos dentro de un estilo de surf único e intenso de alta potencia y, después de que una marca local de tablas de surf los viera y se convenciera de su potencial, ambos se trasladaron a North Shore, Oahu, para competir y seguir desarrollando sus habilidades.
Hasta el Pipeline Pro de 1996, con solo 17 años, Andy consiguió un tubo de 3,6 metros eliminando tanto al maestro en Derek Ho como a otro grupo de nuevos surfistas en busca de la corona. Comenzaba la leyenda, porque solo seis años después, Irons reclamaría su primer título mundial.
El camino que conducía a la cima del mundo del surf no fue fácil para el joven Andy Irons. Durante un par de años muy precarios, su carrera fue tan dura como los arrecifes en los que surfeaba. Pero, de repente, se encontró bajo la luz de los focos de los medios y la presión lo atrapó.
Andy Irons era un chico de campo joven e inexperto de las islas exteriores de Hawái, que se completamente fuera de contexto ante tanto fama. Para él, el surf era algo puro y honesto, pero chocó de frente con la mercantilización de este deporte.
Al final de su año de novato, el duro trabajo a sus espaldas, las largas noches y los incesantes viajes comenzaron a pasar factura en Andy, pero el regreso a sus orígenes sirvió para estabilizar su vida, apartándose de la competición.
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Finalmente, Andy Irons acabaría luchando para regresar al ASP World Tour y lo consiguió. El surfista hawaiano comenzó a ganar competiciones en todo tipo de condiciones, hasta que consiguió 3 títulos mundiales seguidos -en 2002, 2003 y 2004- compitiendo contra surfistas de la talla de Tom Curren y Kelly Slater.
Después de tomarse otro año sabático en 2009, los principales medios de comunicación especializados se centraron más en él que en casi cualquier otro surfista del circuito. Protagonizó cuatro portadas de revistas y una película sobre su rivalidad con Kelly Slater: 'A Fly in the Champagne', dirigida por Matt Beauchesne.
En 2010, Andy Irons ganó la prueba de Teahupoo después de reincorporarse al ASP World Tour y demostrando una vez más que tenía sangre de campeón. Sin embargo, nunca perdió su humildad ni olvidó sus raíces de Kauai.
La prueba 'Pine Trees', creada por Andy y su hermano Bruce en la isla de Kauai se convirtió en uno de los eventos sin ánimo de lucro más populares y respetados de la historia del surf. Completamente alejado de la mercantilización dentro de este deporte y adictivo por su pureza.
Andy Irons y Kelly Slater compartieron muchos momentos juntos tanto dentro como fuera del agua. Ambos competían por el título mundial y se podía sentir por la gran intensidad de sus monumentales batallas en todas las competiciones en las que participaban. Ha sido la rivalidad más grande que jamás ha existido en la historia del surf.
Sin embargo, el 2 de noviembre de 2010, el mundo del surf quedó consternado por la muerte de Andy Irons en un hotel a los 32 años. Los informes médicos confirmaron que Irons murió de un paro cardíaco y la autopsia oficial reveló un grave problema por el consumo de sustancias ilegales que se había mantenido relativamente oculto.
El surfista hawaiano estaba luchando contra la adicción a los opiáceos, que le habían hecho entrar en una espiral negativa. Durante la autopsia, encontraron rastros de varias sustancias, incluyendo alprazolam, metadona, benzoilecgonina, metanfetamina y oxicodona. Andy fue uno más de los muchos grandes surfistas que cayeron en este oscuro mundo en los años 90.
El 14 de noviembre de 2010 se realizó un sentido homenaje a Andy Irons en Hanalei Bay Kauai. Su esposa Lyndie y su hermano Bruce esparcieron sus cenizas en el mar acompañados de numerosos amigos y familiares que acudieron a despedirlo.
Kelly Slater dedicó su victoria del 6 de noviembre de 2020 a Andy Irons y su familia. "Estoy un poco abrumado en este momento, pero quiero dedicarle esto a Andy (..) Regalaría este título en un segundo si pudiera regresar", dijo Slater. después de ganar la competición.
Hasta el día de hoy, se pueden ver fotos y publicaciones de Andy Irons en las revistas de surf. Su familia dirige ahora la Fundación Andy Irons, creada en su memoria y que está enfocada en apoyar a los jóvenes con problemas de salud mental y adicciones, además de que cuenta con servicios para personas con capacidades diferentes.
Además, la prueba de 'Pines Trees' todavía sigue llevándose a cabo y muchos jóvenes hawaianos aprenden a surfear gracias a él. Su legado es eterno por su autenticidad, pero, sobre todo, porque fue un surfista legendario.
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