Gloria y tragedia de Freddy Rincón: el astro del fútbol perseguido hasta su dramático final
Considerado como uno de los mejores jugadores colombianos de la historia de Colombia y de Sudamérica, Freddy Rincón pasó un año por el Real Madrid, aunque no tuvo la oportunidad de triunfar allí y desarrolló el resto de su carrera en Brasil, donde se asentó y donde tuvo que hacer frente a numerosos problemas con la justicia tras su adiós al fútbol.
En tierras brasileñas, Rincón hizo historia en dos equipos, Palmeiras y Cotinthians (ganando en este último un Mundial de Clubes en el año 2000). También pasó por el Santos y Cruzeiro antes de retirarse en el ‘Timao’ en 2004, dos años antes de iniciar su carrera en los banquillos con el Iraty brasileño y que se alargó hasta 2011.
Fueron unos años de emociones en lo deportivo, pero convulsos en lo personal, pues coincidieron con una larga etapa de su vida en la que Freddy Rincón estuvo perseguido por la justicia por su presunta relación con el mundo del narcotráfico.
Todo explotó con la detención del capo brasileño Pablo Rayo Montaño, arrestado en su país en 2006 -coincidiendo con el momento en el que Rincón comenzaba su aventura como entrenador- en una operación que la Policía denominó como ‘Océanos Gemelos’ y acusado por un delito de blanqueo de capitales relacionado con el tráfico de sustancias ilegales y de asociación ilícita.
Sólo un año después de esto, la Fiscalía brasileña confiscó un total de cinco propiedades al ex futbolista colombiano que pertenecían precisamente a Rayo Montaño y se le acusó de ser su testaferro y colaborar con su organización criminal, razón por la cual, en marzo de 2007 la Interpol y la Fiscalía de Panamá lanzaron una orden de búsqueda y captura contra él.
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A Rincón se le relacionó con Rayo Montaño de forma específica por una empresa de pesca y un hotel que aparecían a nombre de ambos. La primera de ellas, Nautipesca, fue considerada por las autoridades panameñas como una tapadera del capo brasileño para llevar sustancias ilícitas hasta territorio de los Estados Unidos.
El ex futbolista, que admitió haber invertido en Panamá 200.000 dólares de su patrimonio personal, terminó siendo detenido el 9 de mayo de 2007 en Brasil y lo mandaron a prisión donde permaneció preso durante cuatro meses y medio hasta ser de nuevo liberado, aunque a falta de un fallo judicial sobre su caso.
En su defensa salió su hermano, quien declaró entonces a la revista Semana que "Freddy jamás tuvo negocios con Rayo Montaño. Cuando mi hermano, ya un hombre, llegó a Cali del Santa Fe de Bogotá para jugar con el América, se dedicó exclusivamente al fútbol. (…) En Colombia es habitual que, si alguien tiene amistad con una persona que está haciendo cosas malas, quede relacionada. No entendemos qué pasa".
Rincón, por su parte, hizo entrega a la justicia brasileña de pruebas documentales del origen del dinero que invirtió en Panamá y ésta cerró el proceso judicial en su contra, pero, en 2015, la Interpol reactivó la orden de búsqueda y captura contra él a petición de Panamá por los delitos de lavado de activos y conspiración para traficar.
"Panamá no tiene pruebas en mi contra, y fue por eso que Brasil archivó el caso en mi contra. Eso mismo se debería hacer en Colombia. Me parece extraño que cuando quiero retomar mi vida y emplearme en el fútbol aparece está orden de Interpol", dijo entonces el colombiano en declaraciones a la revista Semana.
La pesadilla para él terminaría en agosto de 2016, cuando fue absuelto definitivamente por parte de la justicia panameña, dando paso a un nuevo comienzo que le llevó, entre otras cosas, a una nueva experiencia en los banquillos como asistente técnico en Millonarios en 2019 y convertirse en comentarista deportivo para Win Sports en 2021.
Aquella dura y larga batalla judicial llevó a muchos a rememorar los años más oscuros del fútbol colombiano, entre las décadas de los 80 y los 90, cuando los capos controlaban casi todo, incluso equipos de fútbol como el América de Cali, donde Rincón estuvo como jugador entre 1990 y 1993 y vivió aquello de primera mano.
Entonces, los dueños del club eran Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, fundadores del Cartel de Cali. "Él (Gilberto) era el dueño del equipo y nosotros los jugadores. El patrón mandaba y nosotros obedecíamos. Era algo de fútbol, independientemente de lo que hiciera, él era el jefe y hacíamos lo que nos decía ", recordó Rincón en FoxSports.
El ex futbolista recordó los problemas que le pusieron para salir de allí camino del Palmeiras brasileño, aunque aseguró sin tapujos que "a los jugadores nunca nos han molestado ni nos han amenazado, los jugadores no tuvieron problemas con el narcotráfico".
Entre sus años de disputas judiciales, Freddy Rincón también vivió uno de los peores momentos de su vida después de sufrir un accidente de tráfico después del perder el control del vehículo en el que viajaba que casi le cuesta la vida. Fue en 2013, camino de Buga-Tuluá (Colombia), y, a consecuencia de ello tuvo que ser hospitalizado por varias fracturas y una importante herida en su cabeza.
"Lo que hemos concluido es que gracias a Dios y a su fuerza muscular sobrevivió y está bien, porque el impacto fue muy grande, pero los músculos que él tiene son bastante fuertes y además su cráneo es duro, con huesos grandes que lo favorecieron en el momento del impacto", confirmaron entonces en un comunicado desde el hospital en el que estuvo ingresado.
El destino quiso que 9 años después de eso, el 13 de abril de 2022, cuando parecía que los fantasmas se alejaban de la vida de Freddy Rincón y comenzaba a retomar su vida, otro aparatoso accidente de tráfico, esta vez en la ciudad de Cali, acabara con su vida a los 55 años.
Rincón estuvo ingresado durante dos días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica Ibanaco de Cali -desde la madrugada del día 11 de abril- y allí se mantuvo en estado crítico hasta su fallecimiento. Un adiós prematuro a causa de un siniestro en el que se consideró que fue él el único responsable, según corroboró la Fiscalía colombiana en septiembre de ese mismo año.
Se marchaba prematuramente uno de los grandes ídolos del fútbol colombiano, uno de los héroes de aquella histórica selección que alcanzó tres mundiales seguidos entre 1990 y 1998, y un hombre que fue injustamente tratado por la justicia y por su destino.