Qué significa la cruz que luce Djokovic en los Juegos Olímpicos
Djokovic, con una cruz colgada al cuello, se ha convertido en una de las imágenes icónicas de estos Juegos Olímpicos. Sin embargo, surge la interrogante: ¿cuál es el significado de este símbolo? ¿Qué historia se esconde detrás de esta elección?
Todo surgió con la polémica en torno a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 no cesa y, a las numerosas críticas externas, procedentes especialmente desde los sector más conservadores y religiosos, se sumó además alguna que surge desde dentro y entre las que destaca la figura de Novak Djokovic.
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Tras sus victorias sobre Matthew Ebden y Rafa Nadal en las dos primeras rondas de esta cita olímpica, el tenista serbio ha repetido una misma 'ceremonia' para atender a los medios de comunicación en el postpartido: sacar a la luz y dejar ver colgada a su cuello una cruz.
A ello, en declaraciones a los micrófonos oficiales de los Juegos de París después de vencer a Nadal sobre la arena de la Philippe Chatrier, Djokovic le añadió además un mensaje religioso en el que decía que "mi espalda siempre está custodiada por Dios y los ángeles".
La iglesia ortodoxa serbia se ha mostrado muy crítica con lo sucedido en la ceremonia de París y el tenista, un ferviente creyente, ha adoptado la postura de ponerse de lado, a su manera, de ese ambiente que rodea a los Juegos dejando clara su postura religiosa frente a ello con este particular gesto.
Ese símbolo que lleva al cuello Djokovic es una cruz de Hilandar, un monasterio serbio-ortodoxo situado en el Monte Athos (Grecia), donde el tenista pasó tres días con su padre y sus hermanos en un retiro espiritual, algo que contó en 2020 su madre, Dijana Djokovic, al diario serbio Blic.
En esa misma entrevista, su progenitora ya hablaba del fervor religioso de su hijo: "cree en Dios y creo que es su elegido. Lleva una cruz de Hilandar y eso le da paz en sí mismo y felicidad. Reza por la mañana, por la tarde o cuando lo necesita", explicó.
No es la única pista que evidencia ese importante lado de la vida privada de Djokovic, pues el mismo lo ha dejado claro prestando su ayuda económica a la iglesia ortodoxa en varias ocasiones: para restaurar un monasterio en Gracanica (Kosovo), financiar la construcción de una capilla en el pueblo de su abuelo en Montenegro, o salvar otra en Niza, según informó Le Figaro.
Sobre esta última, la Capilla de la Dormición, situada en el puerto de la ciudad francesa y el único de la región dependiente del patriarcado de Serbia, Djokovic publicó una imagen en Instagram junto a su hijo poniendo unas flores ante una imagen de la Virgen María.
En el año 2011, además, el deportista serbio recibió de manos de Ireneo I de Serbia la medalla de la Orden de San Sava de primera clase, la más alta distinción dentro de la iglesia a la que pertenece, por su aportación a los monasterios ortodoxos de Kosovo y Metohija.
Y es que la familia Djokovic siempre ha mostrado públicamente ese fervor religioso que los caracteriza y que el tenista ha vuelto a demostrar en París. Una imagen que también quedó patente en aquel polémico Open de Australia de 2022, cuando fue expulsado por su postura antivacunas -compartida con el mundo religioso ortodoxo- en esa época de la Covid-19.
Fue entonces cuando su padre, Srdjan Djokovic, dejó aquella impactante intervención en el diario serbio Telegraf en la que dijo: "Mi hijo es el Espartaco del nuevo mundo que no tolerará la injusticia, el colonialismo y la hipocresía. Está preso, pero nunca ha estado más libre. Se ha convertido en el símbolo y en el líder del mundo libre, el líder del mundo de las naciones y las personas pobres y necesitadas. A Jesucristo también le quería crucificar".
En declaraciones a ese mismo medio, el portavoz de la familia definió en aquel momento también al tenista como "una personalidad fuerte y emotiva" que "lucha no sólo por sí mismo sino por todos en este mundo que defienden sus convicciones éticas y morales", en referencia a su oposición a vacunarse.
Y ya lo dijo él mismo al recibir la medalla de la Orden de San Sava, momento en el que dejó claras esas convicciones: "Este es el título más importante de mi vida porque, antes que deportista, soy cristiano ortodoxo".
Su imagen ahora sobre la pista de París con su crucifijo ortodoxo al cuello es sólo una muestra más de su fervor religioso, que esta vez muestra al mundo sustituyendo el tema de las vacunas del año 2022 por el de la imagen alejada de sus convicciones éticas y religiosas que se mostraron en el inicio de los Juegos de París.
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