Por qué todo el mundo habla de la colombiana Vanessa Córdoba
En la historia del fútbol se han observado numerosos ejemplos de hijos de futbolistas que han decidido seguir la carrera de sus progenitores, llegando a representar a los mismos clubes. Un caso destacado es el de Vanessa Córdoba, hija del legendario portero colombiano Óscar Córdoba, quien se ha consolidado como una de las figuras más prominentes del fútbol femenino en Colombia.
Por si fuera poco, a Vanessa Córdoba la estamos viendo triunfar bajo los palos, igual que hizo el guardameta caleño en la década de los 90 y principios de los 2000. Y, desde la temporada 2024-2025, además, en uno de los clubes donde él mismo hizo historia: el Besiktas de Turquía.
Tras su paso por distintos equipos colombianos a principios de los 90, Óscar Córdoba brilló durante cinco campañas en Boca Juniors antes de comenzar una aventura europea que le llevó a jugar primero en el Perugia italiano y, después, 4 temporadas en el Besiktas, con el que jugó 138 encuentros y levantó dos títulos: la Superliga turca de 2003 y la Copa de Turquía de 2006.
Vanessa Córdoba nació también en Cali el 9 de mayo de 1995 y, en aquellos años en los que su padre jugó en el conjunto turco -entre 2002 y 2006-, entre sus 7 y sus 11 años, fue totalmente consciente de lo que vivió allí, del ambiente, del cariño de la afición, convirtiéndolo en un lugar especial para ella y donde ahora buscará escribir su propia historia.
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"Son muchas emociones encontradas porque volver a Turquía era algo que quería desde hace mucho tiempo", contó la jugadora a Claro Sports Colombia, quien también dijo emocionada: "Para mí es un orgullo, es combustible, es una responsabilidad enorme".
"Cuando estaba aquí chiquita no me tomó mucho tiempo para sentirme en casa, el cariño de la gente ayuda y es emocionante, todo ha sido muy bacano, acogedor. Los turcos son muy familiares y todo eso te lo expresan", recordó Córdoba.
"Vengo con la ilusión de tapar y de llenar de alegrías a la gente, así como lo hizo mi papá en su momento, no intentando mostrarles lo mismo que hizo él, sino que mostrarles un fútbol diferente y seguir demostrando que el fútbol femenino también", concluyó en su entrevista.
Su nuevo reto con las 'Águilas Negras' no es más que un nuevo paso dentro de su exitosa carrera que, lejos de las comparaciones con su padre, brilla con luz propia después de siete años desde que debutó en 2017 con el Independiente Santa Fe en la Liga Profesional Femenina de Colombia, hoy conocida como Liga Femenina BetPlay Dimayor por temas de patrocinio.
Antes de eso, Córdoba jugó en equipos universitarios estadounidenses, aprovechando la época en la que realizó estudios en el país norteamericano, concretamente en el conjunto femenino del New York Institute of Technology y en los Ohio Bobcats de la Universidad de Ohio. De ahí, regresaría a Colombia para jugar ya como profesional…
Su trayectoria la ha llevado además a jugar en el Albacete (2018), de la segunda división del fútbol femenino español; en el Club Deportivo La Equidad de Colombia (2018-2020); en el Querétaro de la Liga MX Femenil (2021-2022); y, de nuevo en su país en dos de los grandes, Deportivo Cali (2022) y Atlético Nacional (2023-2024).
Vista su trayectoria, no se puede obviar que el Besiktas será el tercer equipo de su carrera que 'comparta' con su padre, quien jugó también en sus inicios como arquero en el Atlético Nacional y el Deportivo Cali, aunque sólo lo hizo en cuatro partidos en cada uno de ellos; sin olvidar también la selección absoluta de Colombia, donde también han jugado los dos.
El salto a Europa de la mano del Besiktas no es solo un gran paso para Vanessa Córdoba, sino para el fútbol femenino colombiano en general, en continuo crecimiento, en gran parte, gracias a los esfuerzos de gente con ella, que ha destacado fuera de los terrenos de juego por su compromiso con su desarrollo en el país sudamericano.
Y es que la guardameta caleña ha participado en organizaciones como el Ministerio del Deporte y el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), buscando trabajar en la puesta en marcha de distintas estrategias que promuevan una liga digna en Colombia.
Además, es un importante altavoz mediático contra el acoso y el machismo dentro del deporte y es habitual verla criticar y denunciar a través de sus redes sociales, el comportamiento machista y sexista que reciben las mujeres futbolistas desde las gradas.
Sin ir más lejos, en una sesión de preguntas y respuestas a través de su perfil de Instagram -donde cuenta con más de 140.000 seguidores- aseguró que los improperios de esa índole que reciben durante los partidos no le afectan, aunque no ceja en su empeño de concienciar por erradicarlos de los campos de fútbol.
Aunque quizás, su denuncia más fuerte fue cuando hizo público a través de la red social X el número de teléfono de un hombre desconocido, tal y como relató RCN Noticias, que la acosó a través de la plataforma FaceTime. Un peligro al que se enfrentan mujeres conocidas como ella, pero también mujeres anónimas.
"Me entró una llamada por FaceTime de un número desconocido y la rechacé. Volvió a marcar varias veces seguidas y me preocupé, entonces contesté sin cámara y sin hablar. (…) Cuando contesté nadie habló ni había cámara y de repente la prenden, y es un tipo masturbándose. Asqueroso", contó la jugadora colombiana sobre aquel terrible episodio.
Una labor de denuncia fundamental que engrandece la figura de esta futbolista que, lejos de vivir a la sombra de los éxitos de su padre, ha sabido escribir su propia y exitosa historia dentro del mundo del fútbol. Una vez más, siguiendo los pasos de Óscar Córdoba, Vanessa inicia una gran aventura que ayudará a seguir potenciando el deporte femenino colombiano.
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