El gran error que le costó la carrera a Michael Owen
Balón de Oro en 2001 como futbolista del Liverpool, en el verano de 2004, Michael Owen llegó al Real Madrid como la última de las grandes estrellas de la época de los 'Galácticos', una incorporación que, sin embargo, no dio los resultados esperados por lo que su aventura de blanco apenas duró una temporada.
Su aterrizaje en el equipo madridista, de hecho, no fue nada fácil en un año además convulso en el área deportiva. Comenzó siendo un inquilino habitual del banquillo, primero bajo las órdenes de José Antonio Camacho y, posteriormente, de Mariano García Remón y, rápidamente surgieron las críticas.
En la prensa y entre los aficionados del Real Madrid se criticó a Michael Owen especialmente por su bajo estado de forma, muy alejado del nivel que mostró en la línea de ataque del Liverpool en sus siete campañas allí, en las que alcanzó muy buenos números con 148 goles y 43 asistencias.
Su estreno goleador con el Real Madrid llegaría en el mes de octubre de 2004 para dar la victoria a los suyos en la Champions League frente el Dinamo de Kiev y unos días más tarde lo haría en La Liga, también para dar la victoria por la mínima a los blancos por 1-0 sobre el Valencia.
A partir de entonces, su efectividad de cara a portería se desató con cinco goles en los siguientes 7 partidos, aunque a lo largo del resto de la temporada, incluso con la llegada en diciembre de Vanderlei Luxemburgo, fue habitualmente suplente y lejos del protagonismo de las otras estrellas blancas: Ronaldo, Raúl, Zidane, Figo… e incluso Fernando Morientes.
Es cierto que Luxemburgo le dio más oportunidades que sus predecesores en el banquillo y terminó la campaña anotando 16 goles y regalando 3 asistencias, pero se vio lastrado por su falta de continuidad por las lesiones, por las oportunidades que tuvo y por su inestable situación personal al no poder encontrar casa en Madrid y el deseo de su familia de regresar a Inglaterra.
Al final, de cara a la temporada 2005-2006, Owen terminó marchándose de regreso a Inglaterra y lo haría fichando por el Newcastle United a cambio de 24 millones de euros para el club de Concha Espina, que ese verano ficharía a otros atacantes como Robinho, Julio Baptista, Álvaro Negredo o Antoni Cassano.
En una entrevista para The Athletic y The Guardian, el delantero de Chester habló sobre su dura experiencia como jugador blanco, asegurando sin tapujos que el Real Madrid es "un lugar donde la presión es tan grande que no puedes ni respirar". Algo que sintió incluso antes de llegar a la capital de España…
"Cuando supe del interés del Madrid, tuve emociones encontradas. Estaba orgulloso de que un club como ese estuviera interesado en mí. Me sentí halagado, pero al mismo tiempo inseguro. Estuve dando vueltas en la cama durante casi una semana antes de decidirme", explicó.
Owen confesó en la entrevista que nunca quiso irse del Liverpool, el club de sus amores, aunque decidió lanzarse a la aventura con la idea en la cabeza de que, si no lo intentaba, terminaría arrepintiéndose, y le dijo a su entonces entrenador, Rafa Benítez, y al director ejecutivo 'red', Rick Parry, que se iría uno o dos años para luego regresar.
Su idea, sin embargo, terminaría esfumándose y, tras el paso por el Real Madrid, aunque regresó a Inglaterra, nunca volvió a hacerlo vestido con la camiseta del Liverpool, sino que terminaría jugando en Newcastle, Manchester United y Stoke City hasta su retirada como profesional en el año 2013.
"En cuanto tomé la decisión de ir al Madrid, perdí el control de mi carrera. Fue el fin de la percepción que los demás tenían de mí como jugador. Es cierto que era el Santo Grial para un futbolista, pero también era un lugar donde la presión es tan grande que no puedes ni respirar. No era lo que yo había esperado", aseguró.
"El Madrid es un club con historia, glamour, y todo lo que un futbolista sueña, pero cuando llegas allí, te das cuenta de que puede ser un lugar donde pierdes tu esencia. En mi caso, me costó la vida profesional", concluyó el ex futbolista del conjunto blanco.
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