UEFA 1984: ¿el mayor caso de corrupción de la historia del fútbol europeo?
En 1984, Brian Clough, jugador del Nottingham Forest, se preparaba para su tercera final europea en seis años tras derrotar al equipo belga, Anderlecht, por 2-0, en la ida de la semifinal de la Copa de la UEFA, la actual Liga Europea de la UEFA.
Sin embargo, lo que ocurrió en el partido de vuelta en Bruselas es un recordatorio clave de lo fácil que puede llegar a ser amañar un partido de fútbol. De hecho, habrá otros de los que no sepamos y que sí han conseguido salirse con la suya.
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El Forest ya había ganado tres de sus cuatro partidos fuera de casa en la competición, superando al PSV, al Celtic y al Vorwarts para alcanzar la semifinal. Aun así, Clough se sentía algo tenso por la elección del árbitro, Emilio Guruceta Muro, un hombre con una dudosa reputación.
Según The Guardian, Muro ya contaba con una dudosa reputación en la competición tras expulsar a dos italianos y dar a favor del Standard Liege un polémico penalti contra el Nápoles. El jugador del Forest, Paul Hart, tenía sus reservas con el árbitro.
"Recuerdo decirle a Kenny Swain, espero que no sea el mismo tío que tuvimos cuando jugué para el Leeds en un torneo en España hace un par de años antes. Ese árbitro expulsó a dos jugadores sin razón. Luego estábamos esperando en el túnel, y ahí estaba él, el mismo tío", recordaba Paul Hart.
A pesar de su dudosa reputación, el Anderlecht lo seguía teniendo muy difícil frente al extraordinario equipo del Nottingham Forest. De hecho, el árbitro no podría ser capaz de cambiar mucho el resultado. Sin embargo, las peores pesadillas de Nottingham Forest se cumplieron en el partido de vuelta.
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Un patrón de extrañas decisiones jugaron un papel clave en el hecho de que el Anderlecht tomara la delantera en el minuto 20 a través de un gol de Enzo Schifo. El Forest aguantó hasta que se cumplió la hora de partido, momento en el que el árbitro español dictaminó que Kenny Swain había derribado a Kenneth Brylle en el área y les concedió un penalti a los belgas, que se pusieron 2-0.
Según BBC, el delantero Gary Birtles afirmó: "El penalti fue la decisión más vergonzosa que he visto en fútbol". Paul Hart describió lo sucedido: "Se tiró al suelo claramente. Pero no puedo decirlo más claro: Kenny estaba más de un metro alejado de él. Podría haber sido fácilmente fuera de juego también".
Erwin Vandenbergh marcó el tercero del Anderlecht en los dos minutos que quedaban del tiempo de descuento, pero el Forest no había terminado. Tras conseguir un córner, Hart golpeó la bola con la cabeza, metiéndola entre los dos palos. El árbitro anuló el gol a pesar de que Hart estaba solo. Es evidente que la desgracia del Forest era cosa de un árbitro corrupto.
A pesar del aparente amaño arbitral que envolvía la llegada del Anderlecht a la final de la Copa de la UEFA, las acusaciones de tongo y corrupción se mantuvieron en las sombras. El equipo belga parece que al final consiguió su merecido y perdió a penaltis contra el Tottenham Hotspur en la final, tras haber acabado 1-1 en el tiempo reglamentario.
No fue hasta 1997 que las decisiones tomadas por el árbitro aquella noche se hicieron públicas y el Anderlecht admitió ante los tribunales que pagó al árbitro español, Emilio Guruceta Muro.
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Las pruebas de la corrupción del árbitro se descubrieron en 1992 cuando el criminal convicto Rene Van Aaken chantajeó al club y envió información sobre el partido de 1984 a la Federación de Fútbol de Bélgica.
Las pruebas demostraban que el presidente del Anderlecht, Constant Vanden Stock, había contacado con el criminal local Jean Elst poco antes del partido para que le ayudara a sobornar al árbitro. Elst contacó con un amigo suyo en Alicante, que acabó hablando con el árbitro español.
Según el periodista belga, Frank van Laeken: "El árbitro dijo 'Vale. Lo haré por 1,2 millones de francos belgas (18.000 libras)'". Cuando los hechos salieron a la luz, la UEFA prohibió al Anderlecht participar en la competición europea durante un año.
El árbitro nunca fue condenado tras morir en un accidente de coche en 1987 a la edad de 45 años. Los delicuentes Elst y Van Aaken fueron condenados a años de prisión: Elst murió en la cárcel y la condena de Van Aaken por chantaje fue revocada en una apelación.
Los jugadores del Nottingham Forest intentaron interponer una demanda, llevando el caso hasta Charleroi. Sin embargo, la denuncia quedó "perdida en los anales de la justicia belga". Hasta el día de hoy, lo que ocurrió el 25 de abril de 1984 sigue siendo un recuerdo doloroso para aquellos jugadores del Forest que vivieron ese polémico partido.
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