Historia trágica del fútbol argentino: cuando Gabriel Batistuta pidió que le amputaran las piernas
Al enumerar a los mejores delanteros en la historia del fútbol argentino, Gabriel Batistuta es un nombre imprescindible. Este excepcional goleador cautivó a aficionados de todo el mundo durante la década de los 90 con sus destacadas habilidades y efectividad en el terreno de juego.
Sin embargo, tras su retirada, tuvo que lidiar con una serie de problemas físicos heredados de su carrera sobre los terrenos de juego, que le hicieron pasar por el peor momento de su vida, un trance por el que llegó a pensar incluso en el que le amputaran las piernas.
Batistuta salió de las categorías inferiores de Newell’s Old Boys, donde se formó como futbolista y, de ahí, repartió dos temporadas entre los dos grandes de Argentina, River Plate y Boca Juniors, antes de hacer las maletas camino de Italia para triunfar con la Fiorentina.
Nueve años disfrutaron de su fútbol en Florencia, para después completar su periplo europeo, enteramente italiano, jugando tres temporadas en la Roma y una en el Inter de Milán, para sumar dos años más a su carrera en Qatar, donde colgó las botas como futbolista del Al-Arabi.
A lo largo de su trayectoria en la élite del fútbol, ganó dos ligas argentinas -con Newell’s y River-, una Copa de Italia (1996) con la Fiorentina y una Serie A (2001) con la Roma; a lo que sumó su participación en tres Mundiales con Argentina (USA 1994, Francia 1998 y Corea-Japón 2002; y la victoria en dos ediciones de la Copa América.
Sin embargo, después de 18 años al máximo nivel, tras su retirada del fútbol, Batistuta fue consciente de las consecuencias de llevar su cuerpo al límite tal y como exige el deporte profesional, algo que arrastraba ya desde sus últimos pasos de su carrera y que, según contó en una entrevista con TyC Sports en 2014, comenzó a sufrir "al día siguiente de dejar el fútbol".
El goleador argentino sufría importantes dolores en su tobillo izquierdo, algo que, en ocasiones y durante muchos años, le impidió incluso caminar. "Son secuelas del fútbol. Fue así, di todo lo que tenía, no me queda nada. (…) Dejé el fútbol y de un día para otro no podía caminar más. No al mes, a los dos días no podía caminar", contó.
Batigol, como se le conocía también dentro del mundo del fútbol, se retiró en el mes de marzo de 2005 y aguantó esta terrible situación hasta que, septiembre de 2019, 14 años después, decidió dar el paso de acudir al quirófano para acabar con su terrible sufrimiento.
Antes, vivió unos años que fueron un auténtico calvario, como el mismo relató en 2014 con un ejemplo muy crudo que daba muestra del nivel que llegaron esos dolores. Y es que, aseguró que, en una ocasión, "Me oriné en la cama, teniendo el baño a tres metros, porque no me quería levantar".
"No daba más, le pedí al doctor Roberto Avanzi (el doctor que lo trataba) que me amputara las piernas", dijo. "Lo fui a ver y le dije 'cortame las piernas'. Me miró y me contestó que estaba loco. Yo insistía, no podía más, vivía malhumorado. No puedo contar el dolor que sentía... Es imposible transmitírselo a la gente", añadió.
Y, efectivamente, el doctor Avanzi se negó a cumplir con los deseos de Batistuta para proponerle una solución menos drástica: operarse para fijar su tobillo con unos tornillos. "Me pidió que eligiera en qué pierna hacerlo, porque en las dos no se podía. Fue la izquierda, pero la verdad que a mí me daba lo mismo", explicó en Tyc Sports.
"Mi problema es que no tengo cartílagos ni tendones. Mis 86 kilos están apoyados sobre los huesos. Y el hueso contra hueso es lo que me generaba tanto dolor", detallaba el mítico goleador argentino sobre el origen de sus males.
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De este modo, viajó hasta la ciudad de Basilea (Suiza), donde se sometió a una operación en la que le colocaron una prótesis de titanio en su tobillo, tras lo que prosiguió un periodo de recuperación de algunos meses hasta que terminó de recuperarse por completo, aunque al segundo ya caminaba.
En declaraciones a TyC Sports, explicó que "los dolores fueron cediendo con el tiempo, hasta que volví a caminar sin problemas y pude dedicarme al golf, un deporte que amo".
"La operación me devolvió la calidad de vida que tenía antes. Es lógico que no puedo hacer las mismas actividades que antes, pero ya no sufro esos dolores insoportables. Subo escaleras, puedo trotar y hago deportes como cualquier persona de mi edad", añadió.
Aquella operación, por cierto, le alejó de la posibilidad ese mismo año 2019 de haber formado parte del cuerpo técnico de Diego Maradona con Gimnasia y Esgrima La Plata, donde entrenó una campaña antes de su fallecimiento en noviembre de 2020.
"Quiero agradecerle a Diego Maradona el ofrecimiento que hace mucho estaba esperando. Lamentablemente el 17/9 en Basilea Suiza tengo la cirugía programada para la colocación de la prótesis de mi tobillo que prácticamente no me permite caminar. ¡¡¡Le deseo fervientemente lo mejor!!!", escribió entonces Batistuta en su cuenta de Twitter.
Tres años después de la operación, en una entrevista de 2022 con el diario La Nación, Batigol volvió a hablar de su recuperación: “Hasta ahora marcha bárbaro, de diez. (…) Me cambió la vida, ya no podía moverme, no podía caminar, no podía ir a recibir un paquete, me lo tenían que acercar", destacó.
Ya recuperado, Gabriel Batistuta vuelve a disfrutar de la vida y de su familia alejado del fútbol y de los medios en su casa de campo en Malabrigo, un pequeño paraje a 40 kilómetros de Reconquista, la ciudad en la que nació, en Santa Fe (Argentina).
Una nueva vida alejada de la falta de intimidad que vivió cuando era futbolista, algo que, como contó al diario español Marca, le "invadió" y le hizo "pasarlo mal". Un nuevo proyecto de vida lejos de los dolores y la fama, porque, como declaró en La Nación, "estoy preparado para que ya no me recuerden".
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