Éric Moussambani o la gloria de ser "el peor nadador del mundo"
Éric Moussambani Malonga nació en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, en 1978. Su vida deportiva estaba predestinada al anonimato pero un inesperado giro del destino le convirtió en un símbolo olímpico de Sydney 2000.
Con tan sólo 22 años, Éric Moussambani llegó a la cita olímpica para competir en los 100 metros libres de natación, habiendo aprendido a nadar ocho meses antes. Ahí comenzó a forjarse la leyenda de quien algunos consideran "el peor nadador olímpico de la historia".
A sus 22 años, Éric Moussambani era un atleta cuyas marcas no le alcanzaban para formar parte del combinado nacional de su país. Pero el Comité Olímpico Internacional aprobó un sistema de cuotas para que las naciones en desarrollo tuvieran más participación, incluso sin que sus deportistas lograran marcas mínimas para la cita olímpica.
El gobierno de Guinea Ecuatorial se entera de ello y hace un llamamiento a la población: quienes estén en disposición de competir en la disciplina de natación, debían presentarse a las pruebas convocadas.
Éric Moussambani acudió a la convocatoria. Ni tenía bañador ni poseía más técnica de natación que las nociones que le habían enseñado los pescadores de la zona donde vivía.
Así fue como Éric Moussambani llegó a las pruebas y... ¡fue seleccionado! El joven atleta iba a ser nadador olímpico (no había más candidatos). ¿El único problema? Aprender a nadar de verdad. Tenía ocho meses para conseguirlo.
Durante ese periodo, Éric Moussambani pudo entrenar en la piscina de un hotel de Malabo, que se la cedió durante algunas horas a la semana. El resto de días, entrenaba de madrugada en la playa.
Y llegaron las Olimpiadas. Y llegó la piscina olímpica y 17.000 personas en las gradas. Éric Moussambani pasó de los 12 metros de la piscina del hotel a los 50 metros de la piscina olímpica. Una longitud cuatro veces mayor que se convirtió en un océano para el joven ecuatoguineano.
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Eso sí, el destino le tenía preparada una sorpresa. En su primera carrera, competía con los representantes de Níger y Tayikistán, que habían llegado a Sydney por su mismo camino. Ambos fueron descalificados.
Éric Moussambani había visto vídeos de competición en Youtube y sabía que el árbitro daba dos pitidos de aviso y con el tercero debían saltar a la piscina. Sus dos rivales no lo sabían y fueron expulsados por dos salidas nulas.
Con millones de personas pendientes de la carrera, Éric Moussambani saltó a la piscina y su estilo causó entre rubor y carcajadas a todo el mundo, pero también infundió respeto y admiración ante tal muestra de inquebrantable decisión.
Ocho meses antes, Éric Moussambani no sabía nadar y ese día lo estaba haciendo, con el agravante de unos nervios que le atenazaron toda la carrera. Y se notó en unos aplausos y ánimos que, como gusta en Hollywood, fueron a más cada agónico segundo de la manga. Y decimos agónico porque faltando 20 metros, las fuerzas de Éric Moussambani hicieron temer que no llegara. Lo hizo. Su tiempo fue 1:52:72, más del doble que el Récord Mundial y Olímpico de aquella época, 48:18.
Pero el público enloqueció con Éric Moussambani. Ovación cerrada, la gente en pie y un nadador ecuatoguineano que, en menos de dos minutos, había pasado de incógnita a meme y de meme a héroe. La leyenda de Éric Moussambani había comenzado.
Con un contrato con Speedo bajo el brazo y cuatro años por delante, Éric Moussambani tenía un objetivo en mente: Atenas 2004. Durante ese tiempo, aseguran que llegó a rebajar su marca hasta los 56 segundos pero eso habría que refrendarlo en las Olimpiadas de 2004.
Finalmente, Éric Moussambani no acudió a la cita olímpica por un inoportuno y sospechoso problema con el visado. Ocho años más tarde, se convertiría en el seleccionador de Natación de Guinea Ecuatorial, país que se animó a construir piscinas olímpicas para que pudieran entrenar los seleccionados.
Más de dos décadas después, la natación es una realidad en Guinea Ecuatorial y Éric Moussambani continúa siendo un icono del olimpismo. La demostración de que el amor al deporte está por encima de derrotas y cualidades técnicas.
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